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30 de marzo de 2013

Ignorancia selectiva: las escritoras de la UNEAC

¡Paredón, paredón!



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 Por Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org – Un poeta digno que ha sabido enfrentar décadas de ostracismo, Rafael Alcides, ha escrito:  “Lamentaciones y esperanzas por un nuevo escritor encarcelado”. A partir de la carta de Alcides, empezaron a circular por los correos electrónicos notas de apoyo y firmas de varios escritores a favor de Santiesteban.
Entonces se produjo el contrataque oficial. Fue un ardid envuelto por lo políticamente correcto: ocho escritoras y periodistas firmaron un llamamiento contra la violencia de género, en el que el caso de Santiesteban parece ser el epítome del abuso masculino contra las mujeres, y el sistema judicial cubano queda impoluto, libre de  sospechas, excepto la de  haberse quedado corto en la sentencia de cinco años de cárcel.
Hasta parecen escucharse  los gritos de las féminas de la UNEAC contra el escritor-machista- abusador: ¡Paredón, paredón!
El documento, firmado por Sandra Álvarez, Marilyn Bobes, Zaida Capote, Luisa Campuzano, Danae Diéguez, Lirian Gordillo, Helen Hernández y Laidi Fernández de Juan, se solidariza con la ex esposa de Santiesteban  -de la que curiosamente no se menciona su nombre, Kenia Rodríguez-  y llama “a las instituciones y organizaciones cubanas a que se pronuncien sobre este caso en particular y también acerca de la violencia contra la mujer en nuestra sociedad”.
Así, luego de tanto esfuerzo por aclarar que el proceso judicial que envió a la cárcel al escritor por una riña ocurrida hace casi cuatro años, no tuvo motivaciones políticas ni la intención de represaliarlo por disidente, todo el que abrigue alguna duda al respecto, queda como machista y misógino empedernido. Amén de quedar señalado como proclive a ser manipulado por “la contrarrevolución”. ¡Y ya usted sabe lo que significa eso en la UNEAC!
¿Sabrán las firmantes  de las frecuentes palizas, atropellos e insultos sexistas que reciben las Damas de Blanco y otras opositoras  de parte de los segurosos y los porristas de las brigadas de respuesta rápida en los también frecuentes mítines de repudio?
Deben saber algo de estos mítines de repudio. Al menos una de las firmantes, Laidi Fernández de Juan, hace unos años, en el periódico Juventud Rebelde, calificó de “repudiables” estos progroms.
¿Se habrán enterado de que hace solo unas semanas, en Santa Clara, la opositora Iris Tamara Aguilera,  dirigente del movimiento femenino “Rosa Parks”, recibió fuertes golpes en la cabeza cuando fue proyectada contra la acera por un esbirro y fue maltratada en el hospital donde la condujeron por ser “contrarrevolucionaria”?
¿Conocerán del caso de Sonia Garro, una opositora que está presa hace más de un año, sin juicio, y que al ser arrestada en su casa, en Marianao, durante un aparatoso y violento operativo policial, fue herida con un proyectil de goma en una pierna?
¿Habrán tenido todos estos hechos en cuenta cuando redactaron su llamamiento y habilitaron una dirección electrónica para recoger firmas contra el abuso de género?
¿Estarán dispuestas a combatir la violencia contra las mujeres absolutamente en todos los casos?
Si es así, independientemente de la situación de Santiesteban,  seguro que recogerán muchas firmas más.

 Publicado por Cubanet



uneac
uba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) No dejan de desconcertarme los escritores de la UNEAC, con sus poses de liberales a la hora de creer en la apertura del régimen y sus murumacas y acrobacias para no arriesgar sus premios, viajes y publicaciones.
Con el encarcelamiento de Ángel Santiesteban en circunstancias bastante dudosas, no esperaba una protesta de los escritores de la UNEAC, ni siquiera de los que posan de más osados. Eso hubiese sido pedir demasiado de ellos. Pero suponía que al menos sus amigos, como Eduardo Heras León, que hasta hace unos años proclamaba orgulloso que Santiesteban era "uno de sus muchachos" del Taller Narrativo "Onelio Jorge Cardoso Cardoso", y Laidi Fernández de Juan, que lo consideraba de sus amigos más queridos, si no protestaran, al menos lo lamentaran.
Pero, ¡oh, sorpresas, milagros y birlibirloques de la cultura oficial!, he aquí que sí hubo una carta del poeta Rafael Alcides –uno de los pocos dignos- y notas de apoyo y firmas a favor de Santiesteban; y entonces fue precisamente Laidi Fernández de Juan una de las ocho intelectuales que firmaron un llamamiento contra la violencia de género, en el que el caso de Santiesteban parece ser el epítome del abuso masculino contra las féminas, y el sistema judicial cubano queda libre de toda sospecha, excepto la de haberse quedado corto en la sentencia de cinco años de cárcel.
En otros tiempos, se hubiesen escuchado los gritos de ¡paredón, paredón!
El documento, firmado por Sandra Álvarez, Marilyn Bobes, Zaida Capote, Luisa Campuzano, Danae Diéguez, Lirian Gordillo, Helen Hernández y Laidi Fernández de Juan, se solidariza con la ex –esposa de Santiesteban y llama "a las instituciones y organizaciones cubanas a que se pronuncien sobre este caso en particular y también acerca de la violencia contra la mujer en nuestra sociedad".
Así, todo el que ose dudar del proceso sin motivaciones políticas ni ánimo de vendetta que envió a la cárcel al escritor-abusador, queda como machista y misógino empedernido.
¡Y yo que esperaba, iluso que soy, que al menos con papá Retamar, el poeta--comisario-presidente con gorra bolchevique de la Casa de las Américas, en la intimidad del hogar, Laidi Fernández se quejaría y lamentaría que Santiesteban estuviese en la cárcel a ver si papito no se ponía calibánico, se condolía y podía hacer valer sus influencias "allá arriba"!
¿Sabrá Laidi Fernández de Juan –que dice ser "tan devota a la revolución como ácida en sus críticas"- de los frecuentes golpes y empellones que reciben las Damas de Blanco y otras opositoras de los segurosos y los porristas de las brigadas de respuesta rápida en los también frecuentes mítines de repudio que ella misma en alguna ocasión ha calificado de "repudiables"?
¿Se habrán enterado ella y las demás firmantes del llamamiento de que hace solo una semana, en Santa Clara, la opositora Iris Tamara Aguilera recibió fuertes golpes en la cabeza cuando fue proyectada contra la acera por un esbirro del MININT?
¿Habrán tenido estos hechos en cuenta cuando redactaron su llamamiento y habilitaron una dirección electrónica para recoger firmas contra el abuso de género?
Hace varios años, en una entrevista con el propio Ángel Santiesteban (revista El Cuentero, no.6, 2008), Laidi Fernández de Juan dijo no compartir el criterio de que entre los escritores no puede existir la amistad. "Lo que sucede es que a veces creemos que alguien (sea escritor o no) pertenece a ese círculo de amigos y luego descubrimos que es miserable, repugnante e hijo de puta. Pero eso no tiene nada que ver con la literatura", aclaró.
¿Será eso lo que le ocurrió con Ángel Santiesteban? ¿No habrá pesado más el temor de que la relacionaran con un disidente?
El caso de Santiesteban, bien confuso y contradictorio, se las trae. Muchos consideran que la Seguridad del Estado utilizó como pretexto el incidente con su ex esposa –que se llama Kenia Rodríguez por si no lo saben las autoras del manifiesto que se solidarizan con ella sin nombrarla- ocurrido hace cuatro años, para represaliar a Santiesteban por su vinculación a Estado de Sats.
Si eso es así, uno se pregunta, ¿y por qué precisamente a él? ¿Acaso es el más crítico de todos los blogueros? ¿Pretenden dar un escarmiento en la UNEAC? ¿Valdría la pena para el régimen, precisamente ahora que pretende simular cierta apertura, pagar el costo político de enviar a la cárcel a un escritor que ganó hace unos años el premio Casa de las Américas con el libro "Dichosos los que lloran"?
He escuchado a algunos intelectuales que sospechan si a Ángel Santiesteban la Seguridad del Estado no le estará creando una leyenda de súper disidente con este encarcelamiento. "Aquí ya no se sabe quién es quién", murmuran. Y así, además de hacerse los listos, justifican su miedo de meterse en este lío y quedar como machistas. Y puede que hasta tengan razón. Nunca se sabe...
Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com

Publicado en Primavera Digital

29 de marzo de 2013

Diario en la cárcel VII. Mi vida en un relato


Por estos días he leído el libro Felicidad obligatoria del escritor rumano Norman Manea, deportado en su infancia junto a su familia a un campo de concentración ucraniano, y me ha llamado poderosamente la atención cómo el autor describe magistralmente una historia cotidiana en los gobiernos totalitarios: la policía política rumana apresa a una artista que colabora con la oposición y la somete a continuas sesiones de tortura, un ritual constante día y noche, en un intento de llevarla a la locura. Aplica las técnicas de la vieja escuela de la KGB, asesorada por todo el campo socialista, incluyendo a Cuba, por supuesto.
 
En la primera historia del libro, cautivadora desde el comienzo, “El interrogatorio”, el personaje oscuro de la policía política -caracterizado soberbiamente- después de torturar brutalmente a su víctima, dice:

Quizás te soltemos. Aunque también podría condenarte. No necesariamente por delitos políticos. Buscaremos otra cosa. Todavía no hemos decidido. He sido franco contigo. No te engañes, no siempre soy sincero (…) La libertad del trabajo, la libertad de amor, la libertad de creación. ¿Bonito, no? Es normal que los artistas se vuelvan, por todo lo que son y sobre todo por lo que no son, rebeldes.
En definitiva, el artista es un precursor o un rezagado.
Sea lo que fuere, es un ser fuera de lo corriente. No ha encontrado un lugar, su tranquilidad y su armonía. No se ha entendido en su profesión, su familia y las leyes; ha elegido una forma por completo distinta de vanidad. El arte, ciertamente, tiene como punto de partida la apariencia de una dislocación, una inadecuación, un desarraigo. Pero alimentado……
(…) Se ha comprobado, se ha confirmado. Que estéis siempre en la oposición, quiero decir. La libertad (…) Es normal que estéis junto a todo los desposeídos (…) Al final, los libros se llenan allí.”

Norman Manea, como un profeta, escribió parte de mi realidad más inmediata, o simplemente dio testimonio de las tantas veces que padecieron las persecuciones, la tortura y castigo en su país. Lo único que conozco del socialismo. Y que siempre coincide aunque nos separen los continentes y el tiempo: la misma manera de acallar las voces disonantes.

Sólo pido una oda para Norman Manea.







Ángel Santiesteban-Prats

Prisión La Lima. Marzo de 2013

27 de marzo de 2013

Diario en la cárcel VI. El juicio por dentro

Algunos amigos me han pedido que no continúe respondiendo las cartas y posts de los que han buscado unos minutos de fama a mi costa, pues -en su mayoría- son blogs que salen a la palestra pública por primera vez a pesar del tiempo que llevan esforzándose para ello; otros, sólo son leídos por la nomenklatura oficialista y escritos por personas que nunca han sido importantes, salvo para sus familias, supongo, y quienes por primera vez -y quizá también por última-  recibieron una efímera atención pública en el mundo virtual, lo que les animó -¡suerte que tienen algunos!- sus intrascendentes y apagadas vidas.

Estoy seguro de que la sugerencia de estos amigos es razonable; de hecho, cada vez que confecciono las respuestas los comprendo, pero soy extrovertido y necesito ser muy puntual especialmente con quienes manipulan sus cartas para confundir y, gracias al alto nivel de ambigüedad consciente que utilizan, desvirtuar la realidad de los hechos confundiendo a los lectores.

Así ocurre, por ejemplo, con la testigo de oído o de referencia utilizada por la Fiscalía en mi contra. Esa testigo menciona a otra mujer, amiga mía, a la que sin consultarle ni pedirle permiso, hace públicos su nombre y apellido, y por si ello no le fuera suficiente, pone en su boca palabras que ella jamás dijo. Tanto mi amiga como su esposo, que la acompañaba en los momentos referidos por la testigo de la Fiscalía, han manifestado sentirse muy ofendidos por su falta de ética y su alto nivel de embuste.

La conversación que sostuve con esta amiga mía fue a través de mi teléfono celular y si le hubiera dicho alguna palabra que delatara mi culpabilidad, hoy dicha palabra sería una prueba que la Fiscalía hubiera interpuesto en mi contra, pues el investigador revisó todas mis llamadas y mis correos electrónicos.

Solo puedo repetir hasta la saciedad y hasta mi último respiro  -y es lo que he venido diciendo en cada respuesta que brindo- que exijo pruebas sólidas que sostengan la condena que me ha sido impuesta; pruebas que no sean la palabra de una persona manipulada -amiga de la acusadora- que repite lo que ésta le ha contado; pruebas que no sean las que "aportó" una Teniente Coronel calígrafa quien aseguró, violando todas las convenciones legales y científicas sobre el valor jurídico del peritaje caligráfico, que mí “letra inclinada” constituye una prueba de mi culpabilidad.

Que expongan esas pruebas sólidas y asuman el video con el testimonio del testigo falso que quisieron colar en la Fiscalía, y al que inmediatamente desecharon cuando lo grabamos explicando cómo había sido sobornado y forzado a testificar en mi contra. Ese video es suficiente prueba de mi inocencia. Que desechen, por su falsedad, todas las mentiras que el Tribunal fabricó para ocultar mi inocencia. Pero -repito- es imposible ocultarlas. Es imposible engañar a las personas aunque tengan un mínimo de entendimiento.

Emplazo al Gobierno, Fiscalía, Tribunales, Policía y a cada persona que firmó la carta condenándome por la supuesta violencia de la que se me acusa y por la que me condenaron, a que presenten una sola prueba en mi contra.

Basta ya de palabras e insinuaciones; eso no es suficiente para encarcelar a nadie.

Que digan y acepten que yo les estorbaba; que en la vida política, a mi pesar, fui adquiriendo reconocimiento y respeto; que mi blog comenzó a tener diez mil visitas diarias, y que me vieron demasiado cerca de quienes en la isla defienden la verdad, como es el proyecto Por Otra Cuba y las firmas de los pactos de la O.N.U.; proyectos que, bien lo sé, tanto les preocupa y asusta. Que reconozcan que mi presencia frente a la unidad policial exigiendo la liberación de Antonio Rodiles les resultó inadmisible para un intelectual; que el video de la golpiza que me propinaron recorriera el mundo; que miles de personas en todo el mundo se aterraran ante la imagen de mi camisa manchada de sangre; que me mantuviera en huelga de hambre y sed por esos días; y sobre todo, que confiesen su impotencia porque no pudieron hacerme causa ante las evidentes pruebas de abuso y las presiones internacionales. Que admitan que les molestó que no haya transigido cuando el oficial Aníbal, de la Seguridad del Estado, quien me aconsejó que detuviera mi accionar político. Que tomaron como una burla mía que al día siguiente me volviera a situar en el mismo lugar de la golpiza, acompañando a Ailer González, la esposa de Rodiles, y al padre de éste, los tres vistiendo un pulover blanco con la imagen de Rodiles pidiendo su liberación. Que día a día, durante esos diecinueve días de injusticia, nos situáramos frente a la unidad policial hasta que lo soltaron, eso sí, sólo después de que se le hubiera bajado la inflamación y desaparecido el morado del ojo.

Ya los oficiales Camilo y Aníbal me habían advertido. Y para frenarme no pudieron hacer otra cosa que enseñarme los objetos más sofisticados, los instrumentos más sofisticados: los “Tribunales Revolucionarios” de los que tanto alardean.

La culpabilidad de la Seguridad del Estado es tan evidente como la de aquellos que han secundado las típicas y previsibles campañas en mi contra buscando hacer una cortina de humo para ocultar sus desmanes. La historia se encargará de cada uno de nosotros y nos pondrá en el lugar exacto que nos hemos ganado. De eso no hay duda.

Sin embargo, pese a esa campaña mediática, he luchado con las herramientas que mis circunstancias me lo permiten. He expuesto mis pruebas sólidas, se las he llevado ante sus ojos, entre ellas el tan mencionado video del falso testigo que la denunciante, Policía y Fiscalía  prepararon en mi contra para condenarme por el resto de mis días.

Quien muerde una vez, lo hace siempre. Por eso llevaron a militares y especialistas del Estado, es decir, gente obligada a responder sin el más mínimo ánimo de cuestionar las órdenes, para dar cuerpo a versiones que siempre favorecieron a la Fiscalía. Por eso el tribunal mintió descaradamente y -sin el más mínimo disimulo- desechó a mis testigos sólidos, algunos de ellos sin ningún tipo de afecto hacia mí, pero que se arriesgaron por cumplir con su deber y con sus conciencias. Ese es el caso de la maestra de mi hijo, directora de la escuela y -detalle que hasta ahora no se había destacado- miembro del Partido Comunista, a quien la Delegada del Poder Popular fue a ver para presionarla porque “¿cómo era posible que defendiera a un contrarrevolucionario?”. En un gesto de dignidad que respeto, ella respondió que defendía al alumno, al niño, que era el mayor perjudicado, porque éste -mi hijo- le había confesado a ella que su mamá le pedía que dijera mentiras para denigrar mi imagen pública.

Otro testigo, gracias al grado de amistad que mantenía con la acusadora, daba fe de que mi ex le hizo saber en varias ocasiones “que estaba preparando un número ocho legal en contra del padre de su hijo”. Para ese entonces, mi ex y yo llevábamos más de dos años separados.

Hubo otra testigo con la cual solo tengo un saludo educado y cordial, pues visito una familia que vive en el fondo de su casa, y obligadamente debo estacionar el auto frente a la suya. Justo el día y a la hora en que mi ex dijo que me encontraba en su casa, al pasar por la vivienda de esta testigo, la oigo reprender con fuerza a su hijo y, sin poder contenerme, le pedí que no fuera tan violenta en la reprimenda, era un niño. Me explicó que había roto el parabrisas de un auto y el dueño le exigía 900 pesos. Entonces le dije, según recordó ella misma en la vista oral, que un parabrisas se podía sustituir cientos de veces, pero un hijo no. Ella, según relató ante el Tribunal, no se olvidó de aquel día porque gracias a mí no fue injusta con su hijo: luego se supo que no había sido su niño el culpable de la rotura de aquel parabrisas.

Hay otros dos testigos: un hermano de Logia, a quien necesitaba repasarle su examen para Maestro Masón que tendría en los próximos días, y su madre, quien nos preparó ese día el almuerzo.

Pues en resumen, el Tribunal decidió anularlos para que prevalecieran los testigos de la Fiscalía. Pero, además, lo hizo con mentiras evidentes, y contradicciones que pueden verse en la sentencia. Ante esa facilidad y agilidad con que el Tribunal encauzó todo en mi contra, me dejaron en total desamparo jurídico.

En cambio aceptaron a una testigo de oído y referencia, alguien que repite lo que su amiga le relató, una testigo que no estuvo presente en los supuestos hechos por los que se me acusó y aun así se valieron de su "testimonio". (Nota del editor: Según la Rae  Testigo: 1. com. Persona que da testimonio de algo, o lo atestigua. 2. com. Persona que presencia o adquiere directo y verdadero conocimiento de algo.)

Hasta hoy nadie ha respondido a mis preguntas:

¿Por qué el juicio tuvo lugar en la Sala Primera de la Seguridad del Estado, más exactamente en su sede especial para casos “relevantes” en Carmen y Juan Delgado, como le comunicaron a mi abogado?

¿Por qué mi sentencia me fue anunciada por el Oficial Camilo, de la Seguridad del Estado, un mes antes de que el Tribunal le diera a conocer?

No dudo que muchos no quieran ver lo evidente de mi caso amañado, y entiendo sus intereses. Y aunque no los comparto, respeto su total derecho a ser injustos.


¿Estado de derecho?

Algunos amigos también me han dicho que acuda a las leyes para acusar a quienes han mentido, pero eso sería otra ingenuidad. Amigos, hermanos, opinión pública internacional: no vivimos en un Estado de Derecho, esta es la Finca de Birán donde el capataz acata las órdenes del dueño. Vivimos en un feudo sin derechos donde lo único que protege es cumplir lo establecido por el Rey, sin cuestionar, porque si cuestionan, te envían a donde me encuentro hoy: tras las rejas.







Ángel Santiesteban-Prats

Prisión La Lima. Marzo de 2013



25 de marzo de 2013

Diario en la cárcel V. El frío marzo

El neurólogo y psiquiatra austríaco Viktor E. Frankl, en su libro “El hombre en busca de sentido”, en el que plasmara su experiencia como prisionero en los campos de concentración nazis por su condición de judío, asegura: “Considero un concepto falso y peligroso para la higiene mental dar por supuesto que lo que el hombre necesita ante todo es equilibrio o, como se denomina en biología “homeostasis”; es decir, un estado sin tensiones. Lo que el hombre realmente necesita no es vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta que le merezca la pena. Lo que precisa no es eliminar la tensión a toda costa, sino sentir la llamada de un sentido potencial que está esperando que él lo cumpla”.

Sus palabras definitivamente definen, apuntalan y resumen mi actual existencia. Vivo mis días respondiendo al llamado de mi conciencia, dándole respuesta a mi necesidad de trabajar para conseguir el cambio político en mi país que devuelva la esperanza a los cubanos y termine con el sacrificio de las familias de ver a sus hijos partir a otras tierras buscando mejores condiciones.

Más adelante asegura Viktor E. Frankl: “(...) lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales, sino el significado concreto de la vida de cada individuo en un momento dado. Plantear la cuestión en términos generales puede equipararse a la pregunta que se le hizo a un campeón de ajedrez: “Dígame, maestro, ¿cuál es la mejor jugada que puede hacerse?” Lo que ocurre es, sencillamente, que no hay nada que sea la mejor jugada, o una buena jugada, si se considera fuera de la situación especial del juego y de la peculiar personalidad del oponente. No deberíamos buscar un sentido abstracto de la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto. Por tanto ni puede ser reemplazado en la función, ni su vida puede repetirse; su tarea es única como única es su oportunidad para instrumentarla.”

A través de la lectura, de mi creación literaria y de mi devoción por expresarme en el blog, mis fuerzas se multiplican.

Estoy resuelto a continuar, sea cual fuese el sacrificio, para alcanzar nuestros sueños y que se den por terminada las luchas emancipadoras del siglo XIX, con el ideal martiano como bandera. No olvidemos que Dios conserva todas nuestras lágrimas.

No estamos lejos, mi olfato me dice que los acontecimientos vaticinan el cambio que por fin nos devolverá el significado de la vida, con la democracia como única puerta a una Cuba mejor.








Ángel Santiesteban-Prats

Prisión La Lima. Marzo de 2013

24 de marzo de 2013

Rafael Alcides acerca de la Novela Oficial contra Ángel Santiesteban

Les presento aquí el artículo que publicó en Penúltimos Días el escritor y poeta Rafael Alcides sobre la farsa judicial montada a Ángel Santiesteban con el único y escondido objetivo de silenciar su voz crítica y condenatoria sobre la dictadura castrista.

Pido a los lectores que lean este artículo sabiendo que Rafael se expresa por la vía irónica pero sin quitarle un ápice de verdad a lo que dice sobre Ángel, el horrible antihéroe en que pretenden convertirlo, el falso testigo y la manipulación judicial y de los personeros y los escribidores de la infamia que tan bien supo comprar el régimen para ejecutar y "legitimar" tan sucio objetivo.

La aclaración la creo necesaria por las múltiples reacciones que provocó su primer artículo sobre el tema y que ya se ocupó de aclarar él mismo en otro artículo y que con tan mala saña fue utilizado por las Escritoras de la Infamia nucleadas en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) para criminalizar a su colega (y amigo en muchos casos) y convertirlo en el ejemplo del hombre machista, abusador y violento al que solo deberían reconocer en el dictador Castro, sus esbirros y aquellos hombres que lamentablemente sí son violentos con las mujeres en Cuba y cada día persiguen y golpean brutalmente a las Damas de Blanco y a otras valientes y pacíficas opositoras a lo largo y ancho de toda la isla.

Resta decir que también existe -lamentablemente- un número grandísimo de hombres que practican la violencia doméstica y de género. Contra estos hombres entre los cuales se encuentran destacados integrantes de la nomenklatura, jamás la Justicia ha hecho nada; pareciera como si hubieran asumido que la violencia contra la mujer y el machismo son ingredientes del folclore nacional. 
El Editor

 

Acuse de recibo: Rafael Alcides vuelve sobre el “caso Santiesteban”





CONSIDERACIONES ELEMENTALES SOBRE EL CASO SANTIESTEBAN

Por Rafael Alcides

Un novelista que quisiera escribir la compleja y diversa novela que se insinúa detrás del abultado “caso Santiesteban”, podría empezarla por la presumible cara de susto que debieron de poner los pobrecitos magistrados que fallaron en dicho proceso al conocer los hechos que juzgarían. La saco por mi propio susto y por el que a todas luces, sobrepuestas ya por fortuna, llevó a las Damas de la UNEAC a manifestar su cólera. El laureado escritor Ángel Santiesteban, Premio UNEAC, Premio Juan Rulfo, Premio Casa de las Américas, y a quien en lo físico sólo le faltaría el caballo para parecer un todopoderoso vaquero de rodeo (El Novelista no podría no describir a su personaje), amenazó de muerte a su ex mujer, le pegó, la amarró para violarla con comodidad y le prendió fuego a la casa.

Yo, que al principio lo creí riña magnificada, discordia, desacuerdo de amantes de los que tan a menudo suelen alimentarse los grandes amores mientras duran (y al respecto escribí unas líneas de las que no me arrepiento), al conocer en detalle los hechos o supuestos hechos (El Novelista deberá investigarlos y tomar posición), me dije: este no es el Ángel que yo conozco. No lo es. Y buscándole explicación al indudable fallo de los magistrados, hasta se me ocurrió pensar en brujería. ¿No habría sido Ángel víctima de un bilongo, uno de esos “daños” de los que se ocupaban los hechiceros de la serranía de Guantánamo en los tiempos de mi niñez? También El Novelista se lo preguntaría, pero al dar con cierto video bajado de Internet acaso dejaría de buscar en el Más Allá.

Inquietado por las desconcertantes mutaciones en la conducta del protagonista del mencionado video y principal testigo de cargo de la ex esposa de Ángel Santiesteban, escudriñaría en el misterio de este hombre joven, apuesto, locuaz y buen expositor quien al parecer apiadado de sí mismo se desdice en el video de sus primeras declaraciones en la estación de policía contra Ángel. Arrepentimiento nada extraño, pensaría El Novelista, que ha leído a fondo a Dostoievski, pero que ahora lo llevaría a quedarse en blanco cuando sepa que a posteriori, en el acto del juicio, este mismo joven locuaz y generoso hasta la opulencia en los detalles que en la filmación parece estar borrando sentimientos de culpa que no lo dejaban dormir, de repente, así como cambiado de repente por un clon, como si un poder más grande que el de todos los brujos de mi infancia se hubiera puesto a pesar sobre su cabeza, volvió a ser el testigo fundamental de la parte acusadora, el enemigo de Ángel.

Tal vez imagine entonces El Novelista que bien pudo ser la piedad un protagonista de número en el Caso, y acaso no se equivoque. Como no es El Novelista persona que crea en la maldad a priori, tal vez disculpe a la ex de Ángel imaginándola una de esas almas poéticas que terminan creyéndose y jurando con la mano puesta en la candela lo que inventaran en uno de esos raptos en que cualquiera de nosotros, fantasioso o no, daríamos media vida por poder transformarnos en artefactos nucleares, lo cual explicaría el afán de la Ex por borrar a su Ex de la memoria de las personas bien nacidas. Pues si a algo se parece la vida es a las novelas radiales. No en vano en Cuba Félix B. Caignet ha sido a veces tan medicinal como la Virgen de la Caridad.

Vistas así las cosas, acaso se detenga El Novelista en el oficial policiaco que según el joven del video empezó a visitar a la Ex después de su denuncia en el precinto y con frecuencia empezó a quedarse a dormir en la casa. En ese caso, a lo mejor le diera al Novelista por crear una inoculación mutua entre ambos personajes. Ella le pasó los bacilos contra Ángel y él a ella los que cabría esperar en un policía que no nació mañana. Pero no compliquemos al Novelista. Supongamos que ha dejado al oficial oyendo a pie de obra los relatos de la acusadora sobre sus días infelices con Ángel, cuitas que tanto y de tal manera lo apiadaron que no pudo evitar contagiarle su piedad a los funcionarios encargados de incoar el sumario del caso, esta solución le permitiría al Novelista explicar la parte de piedad que parece haber decidido el fallo de los magistrados de la Audiencia, en primera instancia, y luego el de los del Supremo.
Investigando como era su deber, podría El Novelista —sabiéndose por su oficio psicólogo de su época, el historiador mejor documentado de su tiempo no obstante valerse de aparentes ficciones para representarlo—, podría estar para entonces al tanto de que cuando años atrás, el joven y laureado escritor Ángel Santiesteban empezó a pensar por su cuenta, fue asaltado por unos entusiastas desconocidos que le partieron un brazo con fines pedagógicos. Por lo que podría sospechar El Novelista, puesto a identificar a aquellos educadores de la cabilla envuelta en periódico tan frecuente en los mítines de repudio pero sin lograr confirmarlo, fueron remanentes sueltos, a la deriva, al garete (pero negados a desparecer) de los viejos días anteriores al caso Elián, cuando las Brigadas de Acción Rápida salieron con el fin de recuperar la calle —tarea que, en efecto, sobre cumplirían estos destacamentos con un saldo discreto pero suficiente de huesos zafados, dientes perdidos, ojos sangrantes y fulanos por aquí y por allá cojeando durante semanas y alguno —es inevitable— quién sabe si para toda la vida.
Al Novelista, no le gustarían estos métodos. A mí tampoco. Empero, antes de juzgarlos, debería El Novelista hablar con quienes los han practicado. Tampoco entonces los aceptaría, pero al menos comprendería a esas devotas personas. O han peleado, y a veces vertido su sangre en las numerosas guerras de ultramar libradas por el gobierno cubano en sus primeros treinta años en el poder o han elaborado con cuanto fue dicho o hecho por su gobierno una mística tan poderosa que no les cabría en la cabeza el que pueda existir alguien en la tierra, la mar o el cielo que no comparta la idea de sus dirigentes. Ni aun en el cielo. “Son herejes”, me decía uno de ellos una vez. Otro me dijo: “Yo los mataría a palos”, y otro que fuera muy católico, tal vez pensando en la caldera del infierno, con los ojos humedecidos y la pasión de un árabe que ha visto atacada su fe, me dijo hace veinte años apretándome una mano con fervor y mirándome fijo fijo en una mesa ante dos cervezas: “Yo sin ponerles un dedo encima los dejaría caer desde una azotea bien alta en una piscina llena de aceite hirviendo”. No había crueldad en el corazón de estos devotos sin embargo. Había amor, había lealtad y amor más allá de la muerte para el proyecto de gobierno que constituía la razón de su vida, sus médulas que han gloriosamente ardido por decirlo con el poeta.

En una declaración en Internet, el doctor Vallín, hombre de honor y prestigioso abogado, denuncia que en el juicio contra Santiesteban no se le permitió presentar testigos, alega que la defensa fue obstruida, menciona leyes que no fueron tenidas en cuenta por la sala. Si bien no las justificarían, las razones de los devotos gubernamentales expuestas en el párrafo anterior le permitirían al Novelista comprender las irregularidades observadas por el doctor Vallín. La piedad ya dicha de un lado, y del otro lo que para esos doctos varones de toga y birrete debió de representar el librepensador Ángel Santiésteban vivo aún, fue demasiado. Y fallaron.

Por supuesto —y El Novelista lo sabe—, esta mezcla de sentimentalismo y lealtad gubernamental que en nuestra Isla tiene razones para funcionar en el empleado del camión de la basura que ha visto a su hijo bajar de la universidad con un título de doctor, no convencería en el extranjero. No podría. Esa curiosa gente de Afuera ve las cosas de otro modo. Ellos todavía hablan de contrato social y cosas así. Es por eso por lo que desde el principio di en suponer —o mejor, di en creer, en estar seguro—, que el gobierno del General de Ejército Raúl Castro, velando por la buena imagen de su administración en este momento excepcional de su historia, le haría justicia al escritor Ángel Santiésteban. No permitirá que este caso, pensé (y espero que conmigo lo crea el hipotético Novelista), vaya a convertirse en otra cosa. Pues cualquier persona, por humilde que sea (o lo parezca) puede ser, empero, el comienzo o el fin de una época. Pensar en el desconocido aquel que en Sarajevo le salió al paso a un coche.

Por último (segundo final posible: a escoger), parecería decir El Novelista, oblicuo, sin que lo parezca, en su acostumbrado subtexto (y si no lo dijera él, lo estoy diciendo yo ahora para que no se me vuelva a malentender), por último, damas y caballeros, basta ya de repetir episodios, de dimensión distinta pero en esencia semejantes al de Cristo, Herodes y los fariseos de aquel tiempo.

En La Habana, a 19 de marzo del año 2013

Publicado por Penúltimos Días

23 de marzo de 2013

Una caricatura de proceso judicial para Angel Santiesteban


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 María Matienzo Puerto


HAVANA TIMES — La última vez que hablé con Angel le dije que tuviera fe que la verdad siempre terminaba saliendo, a la vez que me preguntaba, ¿por qué una feminista debe defender a un presunto golpeador? ¿Serán ciertas las acusaciones?

Estas preguntas no me las hice para poner en duda la inocencia de Angel Santiesteban sino para encontrar las razones por las que yo escribiría sobre este tema. Y con esta trifulca narsicista (en algunos casos) que se ha formado las razones se me han esclarecido.

Porque la violencia contra la mujeres y las niñas no puede ser un pretexto político para sofocar una voz incómoda de la intelectualidad cubana. Admitir un proceso como el que condena a Angel es hacer de la lucha contra la violencia contra mujeres y niñas una caricatura, una farsa, una bufonada.

En Alamar de cada 48 apartamentos de los edificios de seis plantas, en más de la mitad hay o ha habido un hecho violento contra una mujer o una niña. Entonces, ¿cómo podemos permitirnos que alguien mienta y lleve hasta las últimas consecuencias una mentira forjada sobre el dolor de otros?

No creo que vaya a aportar mucho más a lo que ya se viene cocinando en la red alrededor de Angel. Este diario y una entrevista a Wilfredo Vallin donde, el Presidente de la Asociación Jurídica cubana, ONG independiente en Cuba, quien estuvo siguiendo de cerca el proceso, aclara algunos puntos que en un inicio me parecieron oscuros.

No cuestionarnos el proceso judicial de Angel Santiesteban es seguir aceptando nuestra condena a la migaja de pan, cuando realmente merecemos más: el derecho a expresarnos libremente, a pensar libremente, más el acceso a las redes sociales, a la información. La lista es larguísima.
Es un proceso que nos atañe a todos y todas.

¡OJO!

Después de 55 años las compuertas de la Isla y su sistema inamovible y obsoleto, se están abriendo, y en vista de que la UMAP y otras instituciones represivas ya no asustan a nadie, esta puede ser la nueva estrategia para llenarnos de terror a hablar lo que realmente pasa entre estas cuatro paredes.

Angel Santiesteban puede ser el chivo expiatorio con el que nos muestran cómo puede quedar nuestro propio pellejo.

Publicado en Habana Times

22 de marzo de 2013

Diario en la cárcel IV. Cuba: Legalidad urgente

El cubano es culpable hasta que demuestre lo contrario. Así funciona la justicia en el archipiélago. Si sospechan te detienen, luego investigan, y si no encuentran elementos para procesarte, de todas formas te envían a la cárcel por el beneficio de la duda.

De esa manera pululan los acusados en las penitenciarias, sin una prueba que amerite tenerlos en prisión. Personas que claman ser inocentes pero no siempre pueden probarlo, por ende, hasta tanto, serán condenadas.


Las sentencias “por convicción”  que los jueces determinan según su olfato y percepción son las que deciden si son culpables o no.


También, desde hace décadas, a través de los Jefes de Sectores, se entregan los nombres de los que deben ir a prisión porque se considera que son elementos delictivos y pudieran cometer fechorías, pero en realidad no lo son, quizás ni lo hayan pensado.


Hay casos en que los Jefes de Sectores, algo así como los dueños de los destinos de los convivientes donde radiquen o sean ubicados, han enviado a la cárcel a hombres con bellas esposas y, con la intención de separarlos y hacerlas asequibles a sus propósitos morbosos, les inventan esa clasificación de “peligro”; en otras ocasiones lo hacen para presionar a una hermana que se resiste a ser su amante, o simplemente porque un enemigo le paga un precio acordado para que se lo aparte del camino y ampliar su negocio al suprimirle la competencia.


En ocasiones los han elegido para incluirlos en la lista negra por una mirada que les disgusta o porque su rostro no les agrada, u otra impresión según su carácter o complejos de su personalidad.


Una injusticia que provoca diariamente la llegada de decenas de jóvenes que nadie quiere, a los jóvenes cubanos.









Ángel Santiesteban-Prats

Prisión La Lima, marzo de 2013

19 de marzo de 2013

Aclaración oportuna acerca de más infamias contra Ángel Santiesteban



Carta del Editor



Creo imprescindible explicar algunos asuntos a todos los lectores del blog y a todas aquellas personas de bien interesadas por la suerte de Ángel Santiesteban, injustamente encerrado en una prisión castrista a raíz de unas acusaciones falsas hechas por su ex mujer. Como ya se ha difundido internacionalmente, tras un juicio amañado y sin ningún tipo de garantías, se le condenó a cinco años de un encierro que, dicho sea de paso, lleva con una dignidad a toda prueba. Y esa dignidad es lo que más fastidia al régimen y a los que han decidido aplastar el prestigio nacional e internacional ganado en estos años por Ángel Santiesteban.

A lo largo de más de cinco décadas, el mundo ha sido testigo de cómo la dictadura silencia a sus críticos. Una de esas tácticas, aprendida de la experiencia criminal de la policía política de Hitler y trasmitida a los servicios de seguridad del Estado rusos y del antiguo campo socialista, es la criminalización de los opositores, fabricando falsas acusaciones para acabar con la reputación y la credibilidad de los mismos. Ángel, como todos sabemos, no es el primero y lamentablemente no será el último si no se les para los pies a estos terroristas disfrazados de humanistas que dirigen hace 54 años los destinos de Cuba y ahora, también, los del resto de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), gracias a los rejuegos sucios, la hipocresía y el oportunismo de los políticos que votaron para que un dictador, que viola sistemáticamente todos los Derechos Humanos, sea quien presida dicho organismo. Con este gesto, no solo entregaron su dignidad, sino que sentenciaron de muerte a la libertad y a la democracia en el continente.

Bajo este estado de cosas no es de extrañar que Calixto Martínez y Ángel Santiesteban se encuentren en prisión y que asistamos al silencio cobarde de quienes deberían pronunciarse con contudencia. Podría mencionar otros nombres de una larga lista de presos políticos injustamente encarcelados hoy en Cuba. Pero menciono a Calixto y Ángel porque “osaron” expresarse con libertad, informar, denunciar..., armas de paz que la dictadura teme más que a nada. Y por eso, cuando la censura dejó de ser una herramienta efectiva para acallar sus voces, optaron por el encierro: Calixto sin juicio y Ángel con un juicio amañado.

La línea de conducta de Ángel ha sido bien clara con respecto a su condena. Pide justicia, pide la revisión de su juicio con todas las garantías procesales a través de la independencia que el poder judicial debe tener con respecto al poder político en cualquier Estado de Derecho, cosa que todos sabemos no existe desde hace décadas en Cuba. Ángel demostró su inocencia por todas las vías, pero el tribunal desestimó todas sus pruebas y a todos sus testigos con burdas maniobras que sus abogados han denunciado en los necesarios documentos legales.

Los ciudadanos de la isla jamás recibieron información sobre el proceso. Y en la misma Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) dijeron desconocer la causa y la situación de Ángel cuando fueron llamados por MartíNoticias (presten atención al video a partir de 1.05 min hasta 2.12 min). La funcionaria que se presenta como Margarita y que recibe la llamada asegura que la institución está totalmente al margen y dice desconocer lo que sucede a uno de sus miembros más destacados: Ángel Santiesteban.

Sin embargo, como por arte de magia, días más tarde aparecen ocho escritoras de la UNEAC a hacer gala de esa “ignorancia” utilizando justamente la condena de Ángel como arma arrojadiza para defender los derechos de las mujeres y luchar contra la violencia machista. Lo curioso es que esta “Campaña” emancipadora ocurra en momentos en que el mundo se aterraba ante las noticias de golpizas, encarcelamientos, desatenciones médicas luego de golpizas por razones políticas a otras mujeres de la oposición cubana. Y tampoco es un detalle nimio que a estas “intelectuales por la dignidad” se les olvidó pedir respeto para las Damas de Blanco, violentadas, insultadas, encarceladas y acosadas cada día solo por reclamar libertad portando un gladiolo en la mano.

La pregunta obligada es: ¿cómo estas intelectuales, una de ellas miembro del ejecutivo de esa institución, que no sabían nada de la causa contra Ángel, de repente están tan bien informadas que se atreven a pronunciarse públicamente contra su colega –y, en muchos casos, amigo- Ángel?

Tengo muy clara la respuesta: son personeras y escribidoras del dictador, que saben muy bien todos los pormenores del caso porque cada día sin excepción entran a visitar el blog desde UNEAC, desde el MINED y desde otros sitios oficiales donde trabajan como personas “confiables” del régimen.

La mentira tiene patas muy cortas y más aun en la era digital donde todo, absolutamente todo, deja su huella.

Estas señoras saben perfectamente la situación de Ángel y del penoso proceso que viene padeciendo desde hace años, pues se nutren de la propia fuente, el blog Los hijos que nadie quiso, donde están absolutamente todos los elementos y las pruebas para conocer la realidad y concluir fácilmente que se está frente a una manipulación política para acallar a una voz molesta para la dictadura.

Es vergonzoso escuchar los cuentos que nos llegan desde Cuba, en las que muchas y muchos de esos firmantes, en la intimidad, confiesan a sus amigos que conocen bien la injusticia pero no se atreven a enfrentarse a ella, a levantar la voz como debieran o incluso, como murmuran unos cuantos, a negarse a firmar algo hasta que no pongan ante sus ojos todas las evidencias del supuesto crimen. Han firmado, y eso basta. Sienten que han superado esta prueba, una más en sus miserables vidas, y saben que vendrán más y que, como escribió en un mensaje uno de los más cínicos, “quién la va a notar una raya más al tigre”.

La naturaleza de los chivatos, los cubanos bien lo sabemos, es chivatear, tender puentes entre la orilla permitida y la orilla prohibida, de modo que algún día puedan decir: hice lo que pude, y gracias a esos puentes he ido recibiendo información de lo que comentan los oficiales de la Cultura con respecto a la situación de Angel: andan rumoreando qué cómo es posible que Angel escriba más ahora que cuando estaba en libertad.

En eso no hay secreto: Ángel jamás dejó de escribir; ni lo hará. No solo dejó material para ir publicando durante su “ausencia”, si no que en la prisión sigue escribiendo, cumpliendo así lo que él mismo dijo, que nada ni nadie ni ninguna circunstancia o la prisión harán cesar su necesidad de comunicar lo que él cree que es lo mejor para los suyos y para su país.

Así que, igual que no negocia sus principios, no pierde el tiempo y no para de escribir, en cada visita entrega muchos manuscritos, y en numerosas ocasiones se ha visto obligado a dictar por teléfono respuestas que no admitían demora a las afrentas tan desleales que sufrió.

Por si los escribidores del dictador no lo saben, según los convenios internacionales firmados por la dictadura, las llamadas telefónicas son un derecho que aún conservan los prisioneros en Cuba. Cuesta creer que les permitan ejercerlos, pero sí, todavía Ángel conserva ese derecho y espero que siga siendo así.

Me atrevo a sugerirles a los escribidores y personeros del tirano que en lugar de cuestionar cuánto escribe o no Ángel, se preocupen por cuidar sus retaguardias: hay muchas filtraciones entre ustedes; filtraciones que prueban claramente que incluso muchos de los partícipes de la infamia están contra ella, aunque no tengan el valor de denunciarla públicamente; filtraciones que demuestran, una vez más, lo que ya se sabe: Cuba es un país de máscaras. Cuantas más grietas haya, más cerca el final.

Y les pregunto, “Intelectuales de la dignidad”, simples personeras del régimen: ¿por qué no se pronunciaron contra la inocencia de Ángel, o lo que es lo mismo, por su culpabilidad, cuando él aún estaba libre y podía responderles cara a cara? Los ojos son la ventana del alma y ustedes, señoras mías, no tienen alma. El hecho de atacar a un ser humano encerrado tras las rejas es un signo de indudable cobardía y bajeza. ¿No les enseñaron de pequeños que no se debe hablar mal de nadie a sus espaldas?

Me gusta mirar al futuro y allí las veo. Me gustaría saber si han mirado cómo se derrumba el país a su lado, cómo ya la gente no cree en las consignas, cómo cada día que pasa los cubanos apostamos más por un país distinto, pero sobretodo cómo la dictadura para sostener su poder tiene que recurrir a la represión y a acciones indignas como esta en la cual ustedes han sido protagonistas. Las acciones de hoy traen consecuencias en el mañana, no lo olviden. Y una cosa bien distinta, incluso respetable, es haber tenido miedo y haberse callado, y otra es haber sido colaborador de una dictadura. Es una de las manchas que no se quitan jamás como lo demuestran las experiencias de las dictaduras latinoamericanas (esas dictaduras de derecha) y las dictaduras del antiguo campo socialista (esas dictaduras de izquierda).

Por último, quiero denunciar que apenas habían pasado 48 horas del ingreso a prisión de Ángel Santiesteban comenzó una clara campaña de acoso sobre mi persona.

Antes no necesitaron poner escuchas en mi teléfono porque escuchaban cuando llamaba a Ángel. Ahora, cuando ya eso no es posible pues Ángel sólo puede hacer llamadas dentro de la isla y no pude recibir ninguna, no les alcanzó con intervenirme el teléfono - que tuve que cambiar enseguida de número. “Sospechosamente” mi señal de wifi, que tenía codificada como las normas de seguridad exigen, ha sido hackeada, abierta y le han cambiado el nombre. Y también “sospechosamente” el blog Los hijos que nadie quiso ha sido hackeado y han eliminado la entrada más molesta: la que presentaba el video donde el testigo falso relataba cómo fue “contratado” para tal sucia misión. ¡Qué casualidad!

Ya está restituido el orden en mi teléfono, en mi señal y en el blog. No se cómo no se les ocurre pensar que ante tantas maniobras burdas y simultáneas saltan todas las alarmas. Ni de esbirros saben trabajar.

¿Alguno de estos personeros y defensores de la infamia podría explicarme esta última pregunta?: si se trata, como ellos dicen, de una denuncia verdadera, de un juicio con todas las garantías y de una condena justa, ¿por qué entonces necesitan “reafirmarse” atacando al inocente que ya está encerrado y vulnerando la privacidad de su representante en tierra libre?

Cada paso que dan en este sentido no hace si no ratificar la inocencia de Ángel.

18 de marzo de 2013

Diario en la cárcel III: Mi inocencia probada

Es inconcebible que 4 años después tenga que demostrar mi inocencia. No solo me bastó con decirlo, si no que presenté pruebas de ello, entre las cuales está el video que desenmascara toda la diabólica venganza en mi contra, con la invención de un testigo falso. 
 
Si la Fiscalía y los demandantes presentan este falso testigo, y es descubierta su trama, viéndose obligados a desmantelar su estrategia que iba por 54 años de cárcel,


¿Qué más tengo que decir para demostrar mi inocencia?
¿Acaso no bastan las extensas irregularidades en mi contra?
¿Dónde están las pruebas en mi contra, salvo la manipulada denunciante y la Teniente Coronel qué dice que mi letra inclinada indica que soy culpable?
¿Tampoco es suficiente que me hayan puesto una sanción ilegal?
¿Por qué llevo dos años presentando pruebas y testigos de que soy inocente?
¿Por qué no le piden al Gobierno cubano que presente una sola pruea que no sea la burda burla de mi letra inclinada?
¿A alguien se le ha ocurrido pensar que hubiese ocurrido si mis amigos no hubiesen filmado al testigo? ¿Cuál sería mi condición ahora con una persona diciendo que me vio en el lugar de los hechos?


Me asusta que no sea suficiente desarticular a un testigo falso y que alguien aún comente que en mi última declaración no volvía a reafirmar mi inocencia.

 
Me da vergüenza decir en cada momento: soy inocente. 

 
¿Por qué me piden que lo demuestre y  le hacen el juego a la Seguridad del Estado?
¿Por qué todos los cubanos somos culpables hasta demostrar lo contrario? 

 
No basta haber demostrado con creces mi inocencia.


Los Investigadores y toda la contrainteligencia no pudieron probar mi culpabilidad ni siquiera con sus mentiras.


Para presentar mi inocencia no tengo solo mis palabras. Hay evidencias claras:


  • Tres años y medio de espera y formación de un expediente. En Cuba, esos casos son sancionados en pocos meses a partir del momento en que se abre el expediente investigativo.
  • Quizás lo más contundente es el video del testigo falso. Después de ello, ¿qué más tengo que presentar?
  • Fueron cinco los testigos que probaban la infamia en mi contra, y sus declaraciones sobre mi inocencia fueron rechazadas injustamente con otra absurda mentira. También está publicado en internet.
  • Me condenaron a una pena que no tiene que ver con la acusación.
  • Toda la defensa de mi abogado está en internet a la luz pública.
  • Convoco a todos los que estén interesados en saber la verdad a que lean esos documentos y no me pidan más que escriba que soy inocente.


Decirlo, es hacer lo mismo que el tribunal. Yo ya lo demostré y allí radica la injusticia en mí contra. 

 
No creo que existan personas honestas que, luego de leer los documentos de un lado y de otro y ver el video del testigo falso, se atrevan a comentar que no he vuelto a reafirmar mi inocencia. 

 
Espero que sea por falta de tiempo o vagancia de lectura y no una provocación.

Tampoco quise abandonar el país en las oportunidades ofrecidas, quise estar aquí, en esta cárcel, con mis pruebas, para enfrentar el Gobierno con sus injusticias y aquellos que se prestan y cumplen las órdenes, quedan ante la historia como soldados del régimen.

Apelo a sus conciencias, solo confío en ello. 
 



Ángel Santiesteban-Prats

Prisión La Lima. Marzo de 2013


Documentos de interés:

- Video con el testimonio del testigo falso Alexis Quintana Quindelán, quien confesó que mintió por orientaciones de Kenia Rodríguez, la cual le había prometido retribuirle con beneficios personales.
 

16 de marzo de 2013

Angel Santiesteban: a inocencia probada, deslealtad manifiesta

Nota del redactor

Este va a ser un post largo pero necesario. Desde la prisión La Lima, donde se encuentra actualmente cumpliendo los cinco años de cárcel que le impuso el gobierno en un juicio amañado para condenarlo por un delito común que no cometió, hemos recibido estas respuestas del escritor Ángel Santiesteban, dictadas a un amigo por teléfono.
Una primera respuesta de Ángel Santiesteban a la Carta abierta del escritor José Miguel Sánchez (Yoss), aparecida recientemente en el blog EforyAtocha 
Y una respuesta al documento de la testigo Leticia Pérez González, circulado en Cuba por los organizadores de la Campaña Tod@s contra la Violencia.
Hemos recibido también, vía del colega escritor Luis Felipe Rojas, la respuesta del poeta cubano Rafael Alcides a la manipulación que ha hecho desde Cuba la Campaña Tod@s contra la Violencia de una carta que él envío a Ángel Santiesteban.
Pedimos disculpas a los lectores de este blog, pero consideramos necesario publicar al mismo tiempo estos tres importantes materiales.


Carta abierta al escritor José Miguel Sánchez (Yoss) 
 
Colega José Miguel Sánchez (Yoss):
 
En tú escrito, aparentemente afectuoso y confianzudo, se crea la impresión de que alguna vez nos tomamos juntos un helado o fuimos al cine o cualquiera de esas otras cosas de la vida cotidiana en un par de amigos. Lo siento, pero recuerdo que nuestros saludos sólo se cruzaron en algunos eventos literarios o en fortuitos encuentros en la ciudad.
Realmente tú escrito me ha parecido patético. A mi casa, si mal no recuerdo, fuiste apenas tres veces, o algo así: una para buscar un libro que te presté, y las otras para buscar a una mexicana a la que luego tuve que sacar de tú casa en puro llanto, ¿te acuerdas? Sin embargo, yo, que podría decir algo con pruebas, callo porque no es mí interés atacarte, porque quiero obligarme a pensar que tampoco lo haces conmigo. Pero me resulta sorprendente que, sin conocerme, tengas un perfil sicológico tan íntimo de mí.
Si todos lo que han escrito en mí contra presentaran aunque sea un sólo dato probable, algo palpable en mi contra, te juro que callaría por el resto de mi vida; pero como sé que no podrán hacerlo, porque eso ya lo intentaron en tres años y medio los investigadores profesionales, no solo con astucia si no con trabajo sucio, y a pesar de todo la Fiscalía no pudo presentar ante el tribunal ni una sola prueba sólida en mi contra. Solo pudieron presentar conjeturas, como mi “letra inclinada”. Eso me hace pensar que eres uno más de los que ha escuchado campanas sin saber dónde suenan, porque estoy seguro de que tus ojos nunca han visto nada que me condene en este caso, y solo te limitas a servir de eco a otros parlantes. Repites o imaginas, pero no lo dejas claro en tú ambiguo escrito.
Tal parece que somos amigos íntimos, y unas palabras como las que escribes, dichas por un amigo íntimo, tienden a confundir, a sembrar la duda. No sé por qué has querido brindar esa imagen. Pero te emplazo a que demuestres la verdad de tus palabras. Con pruebas. En cuanto a Heras y Sacha, ya que tú los mencionas, te diré que el primero no se encontraba en el país cuando mí ex asegura sucedieron los hechos, lo cual lo desautoriza como testigo. Para ese entonces ya teníamos una amistad distanciada, pues a pesar de nuestra larga amistad, él no logró entender mi derecho a escribir en un blog mis opiniones críticas a lo que sucedía en mi país. Con Sacha siempre conversé mucho, pero incluso él también se sorprendió al escuchar la versión contada por la madre de mí hijo. El sólo tiene dos versiones: la mía y la de ella. Nada más.
Colega Yoss, cada día la campaña mediática en mí contra crece, para honor mío. ¿Te has preguntado por qué tanta dedicación? Para mí queda claro: considero que se han tomado estos trabajos para atacarme porque están presionados por la injusticia que cometieron, porque cualquiera que se acerque a mirar los hechos encontrará evidencias de la burda patraña preparada en mi contra.
Solo pido una prueba que me sancione. Quiero creer que has caído en la trampa de los demás, puesto que veo en tú escrito la falta de elementos que sostengan tus palabras y suposiciones. Es una lástima que hayas actuado así, pero, por favor, cuando se habla de algo tan delicado se muestran pruebas. No sé de dónde sacas los supuestos problemas de parejas míos y de mí ex. ¿Podrías ofrecerme la fuente de donde obtuviste esa información? La persona que describes no tiene que ver con mi personalidad; de hecho, la madre de mí hijo en nuestros mejores tiempos siempre me dijo que yo “no estaba enamorado de ella porque no la celaba” y te bastará preguntarle a algunas de mis anteriores parejas para que compruebes que jamás he sido tildado de celoso. Por primera vez escucho que alguien me tilde de serlo.
Ojala puedas acceder a las pruebas que yo sí presento de mi inocencia. Están avalada por los propios peritos policiales y a pesar de no existir pruebas sólidas en mi contra he sido sancionado, porque espero que no creas lo de la culpabilidad por mi “letra inclinada” que me endilga la Teniente Coronel Grafóloga. Como mi abogado demostró en el juicio y en el Recurso de casación, avalado en la legislación nacional e internacional, esa prueba no es concluyente para condenarme ni un día.
De hecho, al respecto no acepto ni una multa, pues no se me puede privar del derecho de ser inocente hasta que se me demuestre lo contrario. Muchos escritos múltiples, firmas, pero ninguna prueba en mí contra. Eso por sí solo convierte a este proceso en un proceso injusto y amañado. Sólo crean una cortina de humo con la campaña en contra mía para ocultar el mal procedimiento y la injusticia.
Quiero creer que eres honesto e inocente y que buscas las dos versiones. No te dejes llevar por determinaciones personales confiando en tú instinto, que es a lo que quiero apelar para entender que te hayas atrevido a considerarme culpable.
Aun confío en ti y sé que buscarás esas pruebas y luego me dirás quién tiene la razón. Espero también que sólo después que hayas leído todo, dirás tú verdadera aproximación a lo que realmente sucede con mi caso. Pero no seas ingenuo, ¿cómo puedes negar que sea un juicio amañado cuando me dejaron sin los testigos, cinco testigos que se presentaron a mi favor, porque el tribunal aduce una leve contradicción entre el testimonio de mi hijo con el testimonio de ellos? Como ya se demostró, no existe tal contradicción, al contrario, se ratifica la exposición de los testigos que, sin embargo, fueron desestimados. Eso se llama tergiversar los hechos, mentir. Luego, me sancionan ilegalmente con un inciso que suma más tiempo que lo que corresponde al delito que supuestamente cometí.
No pido clemencia. Nunca lo haría. Cuando me equivoco, quienes me conocen lo saben, asumo mis errores. Pero siendo inocente, mucho menos pediré clemencia. Solo pido justicia, un juicio claro y trasparente donde puedan estar ustedes y valoren si es amañado o no.
Yoss, sin pruebas simplemente no se puede sancionar a ningún mortal. No pueden declararme culpable sin tener un elemento que lo afirme, un elemento que no sea la palabra de mí ex (que como se comprobó en el juicio cometió varias veces delito de perjurio) y su testigo de referencia o de oído.
Aquí no se trata, viéndolo objetivamente, de si soy culpable o no. Aquí se trata de pruebas que lo afirmen o nieguen. Las vías son tan claras y contundentes que no dejan dudas: dudo que hayas visto el video del supuesto testigo que mí ex sobornó. ¿Leíste los testimonios de personas que aseguran yo no estaba presente en el momento en que mí ex asegura que yo la lastimaba? Quiero confíar, Yoss, en tú total honestidad, que buscarás a los que te pueden proveer de los datos legales que se presentaron en el juicio y llegues a la verdad. No se deben condenar a nadie, como lo haces, a priori; hay que indagar, intentar primero llegar a la verdad. Si necesitas una entrevista con mi abogado, te la consigo, pero por favor no asegures nada que no conozcas por tú propia mano. Desconfía de aquellos que manipulen y dan versiones que le convenga al Gobierno.
Como bien aceptas y te acercas un poco, aunque luego te contradices, la Seguridad del Estado, por supuesto, está detrás de todo.
Espero por tu constancia e indagación, pero necesito pruebas en mi contra, Yoss. Ya estoy asqueado de solo palabras e insinuaciones. No quiero que crean en mí, sino en las pruebas que se presentan, porque confío en que, una vez conocida todas esas pruebas, todo aquel que lo haga me absolverá.
Saludos
Ángel
Prisión. La Lima Guanabacoa


¿Testigo, pero de qué?

Como dijera la máxima del escritor cubano Amir Valle en su artículo: “Una puñalada por la espalda”: la verdad siempre alcanza a la mentira.
Ante todo quiero aclarar que me sumo a cualquier convocatoria contra las diversas violaciones conocidas, pero particularmente a esta no puedo sumarme, porque subyace en ella una acusación contra mi persona, totalmente injusta, que se basa en un juicio que no se sustenta, salvo las declaraciones de la madre de mi hijo y el testimonio de Leticia Pérez González, que participo en el juicio como testigo de oído o de referencia y se limitó a repetir las palabras que su amiga le contara. Ella tampoco puede corroborar si los hechos ocurrieron o no, de manera que cualquier asumir como cierta su versión de los hechos es una forma de desvirtuar y tergiversar la verdad y no puede ser concluyente.
En mi única, invariable y repetida declaración, he relatado que poco después de las 8 pm. mi hijo llama a mi celular cuando yo me encontraba en una sesión masónica. Me hace saber que unos policías habían estado en mi casa indagando por mí. Llame a una ex policía y hermana de una amiga y vecina, le pedí que averiguara si era alguna equivocación. Al rato, me llama al celular para decirme que era una acusación de la madre de mi hijo, y que alegaba que yo la había violado. De inmediato, llamé a mi editora y amiga, que vive cerca de la unidad policial, para que hablara con mi ex y le pidiera, en nombre de nuestro hijo, que cesara aquella nueva acusación. No era la primera vez que lo hacía y en el juicio anterior estimaron que mentía. Además, le pedí a mi amiga editora que le informara que yo estaba consiguiendo un apartamento para que no estuvieran alquilados, pues ella no quería vivir en la casa mansión que fue de su tía abuela y que ésta había vendido. Luego, la editora vuelve a llamarme asegurándome que no pudo hacer nada al respecto, que mi ex se mantuvo en la idea de hacer la denuncia. Fueron cinco llamadas hechas desde mi celular, que luego la policía revisó sin encontrar ninguna palabra que me comprometiera. También fueron a la Gran Logia y revisaron el libro de asistentes donde estaba mi nombre con esa fecha.
De más está decir lo detallado que fueron con mi caso, intentando encontrar alguna hendija siquiera para implicarme. No lo lograron.
Hasta este momento habría que preguntarse por qué el médico que, según Leticia Pérez, la recibió, no recuerda el caso ni haberla atendido, aunque ella asegura que dicho médico les dijo que mi ex tenía que regresar con un policía. Todo eso consta en el expediente investigativo.
Por si fuera poco, Leticia Pérez cae en flagrantes contradicciones con su amiga y madre de mi hijo, quien dice en su declaración, meses después, que el Instructor se negó a llevarla a Medicina Legal. ¿Cuál de las dos miente?
Según atestigua Leticia Pérez, la madre de mi hijo no acepta asistir al médico porque nuestro hijo dejaría de verme por espacio de 25 años; sin embargo, desde ese momento prohibió que me viera por espacio de tres años y medio, hasta que mi hijo pudo escapar y a escondidas me buscó. En todo ese tiempo no pude ni siquiera acercarme a mi hijo porque el Mayor de la policía Pablo, había conseguido una orden de alejamiento. Al leer estos falsos testimonios recordé la historia de Salomón y volvió a conmoverme la historia de aquella madre que prefiere que la otra (la madre falsa) se quede con el niño para no lastimarlo más.
Otra gran contradicción, ¿cómo se sustentan sus palabras de que no deseaba que fuera sancionado a 25 años de cárcel, y sin embargo, se mantuvo más de un mes agregando nuevas denuncias a la denuncia inicial? Entre todas las denuncias, que fueron desechadas luego en proceso, sumaban 54 años de cárcel, que es más del doble de lo que Leticia Pérez asegura que evitaba la madre de mi hijo; y aún faltaba agregar la acusación de atentado, al ella presentarse con su testigo, Alexis Quintana, en la unidad policial, lo que sumaba 20 años más, que haría una suma de 74 años de cárcel.
Sorprendente es que se hable del testigo que presentaba la Fiscalía, Alexis Quintana, pues una vez más Leticia contradice a los peritos que revisaron el video, dándolo por espontáneo cuando revela ante la cámara que fue presionado por la policía y sobornado por la madre de mi hijo y exhibe los regalos que ésta le dio como soborno. Entonces, si Leticia Pérez cuestiona el video, ¿está asegurando que es falso el peritaje emitido por los especialistas? Me parece un desenfreno, desfachatado y malintencionado, que ahora utilicen como prueba a dicho testigo, después de que la Fiscalía se viera obligado a desecharlo y tuviera que desmantelar su petición de condena en una conjunta de 54 años, limitándose a solicitar 15 años de sanción en mi contra, debido a la falta de pruebas sobre la mayoría de las acusaciones de mi ex.
También, gracias al escrito de Leticia se me aclaran algunas dudas al respecto: nunca llegué a saber a ciencias ciertas si sólo fue un comentario o existió realmente ese oficial que llama Noriega y que el testigo falso aseguraba había ido antes a advertir que habría un incendio. Eso nunca llegaron a utilizarlo, solo lo escuché por boca del Investigador, pero ahora entiendo que era una manera de calzar al testigo, aunque no sé por qué motivo desecharon esa estrategia. Si fuera cierto, este oficial Noriega habría cometido varias indisciplinas, pues además de no tener tino y de haber escuchado al supuesto testigo, se le hubiera juzgado por no declarar y servir de testigo. ¿O es que el oficial se negó a mentir o no vieron muy juicioso venir a este oficial con el testigo Alexis Quintana, quien tiene una extensa hoja de delitos, entre ellos, robo con fuerza y estafa continuada?
La Fiscalía fue quien presentó como testigo a Alexis Quintana. En el video grabado y autentificado por los peritos, asegura que se le había advertido a la madre de mi hijo que existía un corte de circuito justo en el lugar que estaba cerca de una enredadera que servía de techo en el patio y donde había hojas secas. El video está expuesto en Youtube, y creo que es suficiente prueba de denuncia contra las terribles irregularidades del proceso en mi contra.
Recuerdo que como era un antiguo garaje en el sótano de un edificio, siempre tenía petróleo o gasolina en el lavadero, para echar en las cañerías donde además, me decía, se escuchaban sonidos de ratas. A mí en varias ocasiones me pidió combustible para verter por allí. De ser cierto el olor a gasolina, quizá esa sea la razón.
También quiero asegurar que cuando abrí el blog en el 2008 aún mantenía alguna relación como padre de nuestro hijo. Sólo después que comencé mi relación estable con una conocida actriz cubana, ella comenzó a criticarla y a hablarle mal a nuestro hijo sobre mi pareja. Digo esto para hacer notar que mi posición política comenzó mucho antes de sus denuncias, y hay una foto en su casa que ella misma realizó cuando la Seguridad me fracturó el brazo a los pocos meses de haber iniciado el blog.
Quiero aclarar también que nadie ha querido “hacerla pasar por loca”. Como muchos colegas y amigos saben, la madre de mi hijo, desde que teníamos relación, se atendía con sicólogas, y de hecho una pareja de Francisco López Sacha que también trabajaba en la UNEAC, la llevó a una sicóloga amiga suya, mucho antes de separarnos. Fue la propia madre de mi hijo quien me dijo que el 1ro de septiembre de 2009 la internarían en el Hospital de Día de Arroyo Naranjo, por dos razones: no concebía las pérdidas de su abuela y de su matrimonio. Un mes antes del ingreso comenzaron las denuncias. También ella misma me contó que el médico le había propuesto internarla a tiempo completo, pero como ella le dijo que tenía un niño y vivía sola con él, él médico accedió a hospitalizarla sólo de día. También decidieron esperar al 1ro de septiembre porque julio era el mes de vacaciones del niño conmigo y agosto lo pasaría con ella. En varias ocasiones le insistí al Investigador que buscara ese historial clínico, pero no sé por qué razón nunca lo hizo.
Mi abogado demuestra que en la foto de la supuesta violencia solo existe una escoriación, una especie de arañazos detrás del oído. El testigo Alexis Quintana en el video se encarga de aclarar que fue una hierba que la madre de mi hijo se frotó allí pues servía para irritar el rostro. Y el documento médico, como lo demuestra la foto, sólo se refiere a esa escoriación leve, y no como asegura Leticia Pérez, que era a ambos lados del rostro. Tampoco el informe médico recoge ninguna marca en sus muñecas y los tobillos, como asegura la testigo de referencia.
Leticia Pérez intenta exagerar los hechos sin que, una vez más, se sustente con el certificado de reconocimiento, ni con la foto que consta en el expediente. Una cosa son sus palabras y otras las pruebas del expediente investigativo.
Confío en que los cubanos honestos que se han sumado a esta Campaña Tod@s contra la Violencia no imaginan la deshonestidad gubernamental que hay detrás de esta campaña para denigrar mi imagen y tapar la sanción sin pruebas con que me han condenado. Sé que muchos de los firmantes no han tenido acceso a los elementos de juicio necesarios, ni poseen la manera de ver el video que lo aclara por sí solo y que denuncia la macabra estrategia en mi contra.
También Leticia Pérez, en sus declaraciones en el expediente Investigativo se contradice: en una declaración acepta que me llamó unos días antes de que ocurriera la denuncia para pedirme ayuda para la madre de mi hijo, quien no tenía dinero para pagar el alquiler, y necesitaba 50 CUC. Luego en otra declaración, a solo unos días de diferencia, asegura que yo le sustraje a la madre de mi hijo de su vivienda una cantidad de dinero, un poco más de 100 CUC, cuando unos días antes le había comprado un televisor a nuestro hijo de 340.00 CUC y en 120.00 CUC un evaporador de humedad que había en su cuarto. ¿Qué necesidad tenía yo de sustraerle ese dinero, si cuanto me pedía lo entregaba con gusto y amor porque sabía que era para bien de mi hijo? Si la madre de mi hijo tenía dinero, ¿por qué Leticia Pérez, como acepta en su declaración, me pidió 50 CUC?
También es necesario aclarar que quien asegura que entre el Mayor Pablo y Kenia, la madre de mi hijo, existía una relación amorosa es el propio Alexis Quintana, quien asegura en el video que él se quedaba con su apartamento. Si él hubiese mantenido las acusaciones que se me hacían, hoy mi condena no fuera de 5, sino de 54 años.
Como demostró mi abogado, con mi constitución física y mi estatura, es imposible que ella tenga una escoriación leve en un solo lado, si los golpes que ella relató fueron con ambas manos y con el puño cerrado por ambos lados de su rostro.
No puedo negar la vergüenza que siento al redactar esta defensa. Son tantas miserias humanas que siento repulsión hacia todo lo que concierne a este plan en mi contra. Duele tanto ver el nombre de uno vilipendiado. Duele tanto tener que demostrar a cada paso que soy inocente. He logrado más que mis Investigadores, pues mis amigos lograron deshacer al falso testigo. Nunca será suficiente mi agradecimiento a Dios por brindarnos la luz de filmar esa persona.
Con respeto al video que describe Leticia Pérez no coincide ni se acerca a la realidad. Alexis Quintana, además de no estar amenazado, de haber hecho los videos días diferentes, tampoco se filmó leyendo un papel como ella asegura intentando desvirtuar la realidad, pues fui informado por el Investigador de que ella vio el video, ¿entonces por qué lo desacredita describiendo escenas de lectura que no vio?
Al final, Leticia Pérez se hace las mismas preguntas que yo: ¿por qué dilataron el proceso?, ¿por qué no se recolectaron más evidencias, más pruebas reales si se pasaron tres años y medio intentándolo?
Sé lo delicado del asunto. Todos los que escuchamos una injusticia sentimos el despertar de nuestro instinto solidario. Por eso, en este caso en particular, han querido hacerlo de la manera menos transparente.
Hay una única verdad: Soy inocente y sin pruebas he sido condenado. Mis testigos fueron descalificados por el tribunal en el juicio, y luego fui condenado por un artículo equivocado. Solo pido un juicio gusto; en eso me consideraré absuelto. Solo falta que la justicia en este país acceda a mi petición.
Un culpable hubiese aprovechado las oportunidades de escapar que se me brindaron. He dicho, y repito, que quise quedarme a sabiendas de lo que sucedería, pero me basta con saber que soy inocente para enfrentar las injusticias.
Me siento más libre en esta cárcel que en Miami. Desde aquí me burlo de los que piensan que se vengan conmigo. Soy más libre que ellos y esperaré a la justicia el tiempo que sea, hasta después de cumplir esta injusta condena. Un día saldrá a la luz la verdad y muchos bajarán la cabeza porque se prestaron conscientes o inconscientes para este crimen que se comete conmigo.

Ángel Santiesteban
Prisión La Lima. Guanabacoa

Para desfacer un entuerto

Por Luis Felipe Rojas
Hace un par de semanas mi amigo, el poeta Rafael Alcides, publicó un Acuse de recibo  a modo de ventilar el caso de Ángel Santiesteban Prats. Yo le respondí inmediatamente: “Te equivocas, Maestro…. Alcides me envió este texto que quiero compartir con ustedes a propósito de la oportunista respuesta de las ocho escritoras cubanas, afiliadas a la UNEAC, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Aquí les dejo el texto completo:
Querido Luis Felipe: Alcides me dio este encargo, pero no hay visible una dirección de correo para hacerte llegar la carta, por eso te la dejo aquí. En mi blog, hoy publiqué sobre Angel.
Un abrazo,
Regina Coyula


La Habana, 2 de marzo del año 2013
De Rafael Alcides
A Luis Felipe Rojas:

Amigo Luis Felipe:
 
En cuanto al tratamiento de maestro que me das al replicar mis opiniones sobre el recién masacrado Ángel Santiesteban, te responderé como lo haría Nicolás Guillén con su acostumbra picardía de gente de pueblo: “Más maestro serás tú”. Y en cuanto a la réplica en sí, me has dejado confuso. O yo no me supe expresar o tú me leíste con premura. Veamos.
Digo al entrar en materia que no es un caso político, añado socarrón un “he oído” que no podría dejar de tenerse en cuenta, y paso a demostrar que sí es un caso político, pero a demostrarlo sin editorialismos, conforme al método de los poetas de todos los tiempos: dejarlo dicho sin decirlo de manera expresa para que dure, para que no se lo lleve el viento sin que sea leído otra vez por lo menos, eso que Hemingway definía con la seriedad de quien estuviera reclamando derechos de descubridor, “Teoría del iceberg”.
Sin faltar a la verdad, hablo de desacuerdos en la vida en pareja magnificados al extremo de sancionar a nuestro amigo y excelente escritor Ángel Santiesteban con cinco años de cárcel, en su origen situaciones propias de esa interminable lista de cosas y casos de casa que nutrió el bufo de nuestros abuelos, y luego me detengo a considerar lo que ahora el gobierno podría hacer para sacar el pie. Desfusilar al fusilado por error o por razones de estado suelen hacerlo los gobiernos posteriores, los que vienen detrás del gobierno caído, nunca los gobiernos que cometieron el fusilamiento. Consciente de esta importante lección de historia, menciono soluciones posibles para el gobierno, salidas con las que él y nosotros ganaríamos. Nosotros, recuperando a nuestro a Ángel y el gobierno, qué se le va a hacer, reservándose por ahora el romántico papel del caballero lanza en ristre que salió a defender el honor de la dama.
Tienes que jugar tus cartas con la mano que te dieron, Luis Felipe. Por desgracia, el caso de Ángel es mucho más delicado que el de los 75 a principios de siglo. Entonces todo estaba muy claro, entonces el acusador era el gobierno, esta vez, por desgracia –insisto, por desgracia–, el acusador es la ex mujer de Ángel, la madre de su hijo –un hijo que ahora tiene quince años–, y esa mujer, esa madre mintió, sí, esa mujer, manipulada desde el comienzo o no, buscó testigos falsos, simuló huellas de una golpiza cubriéndose la cara con hojas de guao quizá, habló de amenazas de muerte, incendios, en fin, amigo Luis Felipe, esa mujer tan enamorada que preferiría ver a su ex marido ardiendo en la hoguera antes que verlo con otra, les puso la mesa a estas gentes, y ellos, desde luego, ávidos, golosos, como de costumbre en estos casos caídos del cielo cuando menos se lo esperaban, raudos se sentaron a comer.
Estos son los hechos. Ni Dios podría ya cambiarlos. Mover cielo y tierra para sacar a Ángel es cuanto podemos por el momento hacer, ir a hablar con Dios si es preciso (y creo que lo es), sin dejar de insistir, desde luego, cada cual con su lenguaje, en que nuestro amigo es inocente, que se le ha fabricado un caso, pero sabiendo que mientras su ex mujer no se desdiga, ellos, los carceleros, serán los buenos y Ángel el malo. Ésa es la situación.
Por último, Luis Felipe, no suelo discutir con el lector, respeto su turno, pero tú no eres un lector, salir en defensa a Ángel con la pasión con que lo has hecho al replicarme, te convierte en parte de mí mismo puesto que yo también soy Ángel, en este momento todos los que estamos por sacar a Ángel de la cárcel somos Ángel, por eso me estoy explicando contigo sin dejar de admitir que sí, que tal vez, que acaso no me di a entender. Por su carácter excepcional y único, este es un envío privado en primera instancia, pero sólo en primera instancia, digamos un homenaje a tu persona, por lo que quedas autorizado a publicarlo en tu blog o donde te parezca de creerlo conveniente, es decir útil para Ángel.
Soy de los que piensan que los hombres honestos no tienen un discurso para andar y otro para salir, como pasa con los zapatos. Tienen uno, en mi caso, este de ahora sigue siendo el discurso que replicabas antier cuando yo sólo dejaba ver la punta entre las crestas heladas en la inmensidad del mar.
Te abraza, y te vuelve a dar las gracias por querer a Ángel como lo quieres,
Rafael Alcides.