Nota del redactor
Este va a ser un
post largo pero necesario. Desde la prisión La Lima, donde se
encuentra actualmente cumpliendo los cinco años de cárcel que le
impuso el gobierno en un juicio amañado para condenarlo por un
delito común que no cometió, hemos recibido estas respuestas del
escritor Ángel Santiesteban, dictadas a un amigo por teléfono.
Una primera
respuesta de Ángel Santiesteban a la Carta abierta del escritor José
Miguel Sánchez (Yoss), aparecida recientemente en el blog EforyAtocha
Y una respuesta al
documento de la testigo Leticia Pérez González, circulado en Cuba
por los organizadores de la Campaña Tod@s
contra la Violencia.
Hemos recibido
también, vía del colega escritor Luis Felipe Rojas, la respuesta
del poeta cubano Rafael Alcides a la manipulación que ha hecho desde
Cuba la Campaña Tod@s
contra la Violencia
de una carta que él envío a Ángel Santiesteban.
Pedimos disculpas a
los lectores de este blog, pero consideramos necesario publicar al
mismo tiempo estos tres importantes materiales.
Carta abierta al
escritor José Miguel Sánchez (Yoss)
Colega José Miguel
Sánchez (Yoss):
En tú escrito,
aparentemente afectuoso y confianzudo, se crea la impresión de que
alguna vez nos tomamos juntos un helado o fuimos al cine o cualquiera
de esas otras cosas de la vida cotidiana en un par de amigos. Lo
siento, pero recuerdo que nuestros saludos sólo se cruzaron en
algunos eventos literarios o en fortuitos encuentros en la ciudad.
Realmente tú
escrito me ha parecido patético. A mi casa, si mal no recuerdo,
fuiste apenas tres veces, o algo así: una para buscar un libro que
te presté, y las otras para buscar a una mexicana a la que luego
tuve que sacar de tú casa en puro llanto, ¿te acuerdas? Sin
embargo, yo, que podría decir algo con pruebas, callo porque no es
mí interés atacarte, porque quiero obligarme a pensar que tampoco
lo haces conmigo. Pero me resulta sorprendente que, sin conocerme,
tengas un perfil sicológico tan íntimo de mí.
Si todos lo que han
escrito en mí contra presentaran aunque sea un sólo dato probable,
algo palpable en mi contra, te juro que callaría por el resto de mi
vida; pero como sé que no podrán hacerlo, porque eso ya lo
intentaron en tres años y medio los investigadores profesionales, no
solo con astucia si no con trabajo sucio, y a pesar de todo la
Fiscalía no pudo presentar ante el tribunal ni una sola prueba
sólida en mi contra. Solo pudieron presentar conjeturas, como mi
“letra inclinada”. Eso me hace pensar que eres uno más de los
que ha escuchado campanas sin saber dónde suenan, porque estoy
seguro de que tus ojos nunca han visto nada que me condene en este
caso, y solo te limitas a servir de eco a otros parlantes. Repites o
imaginas, pero no lo dejas claro en tú ambiguo escrito.
Tal parece que somos
amigos íntimos, y unas palabras como las que escribes, dichas por un
amigo íntimo, tienden a confundir, a sembrar la duda. No sé por qué
has querido brindar esa imagen. Pero te emplazo a que demuestres la
verdad de tus palabras. Con pruebas. En cuanto a Heras y Sacha, ya
que tú los mencionas, te diré que el primero no se encontraba en el
país cuando mí ex asegura sucedieron los hechos, lo cual lo
desautoriza como testigo. Para ese entonces ya teníamos una amistad
distanciada, pues a pesar de nuestra larga amistad, él no logró
entender mi derecho a escribir en un blog mis opiniones críticas a
lo que sucedía en mi país. Con Sacha siempre conversé mucho, pero
incluso él también se sorprendió al escuchar la versión contada
por la madre de mí hijo. El sólo tiene dos versiones: la mía y la
de ella. Nada más.
Colega Yoss, cada
día la campaña mediática en mí contra crece, para honor mío. ¿Te
has preguntado por qué tanta dedicación? Para mí queda claro:
considero que se han tomado estos trabajos para atacarme porque están
presionados por la injusticia que cometieron, porque cualquiera que
se acerque a mirar los hechos encontrará evidencias de la burda
patraña preparada en mi contra.
Solo pido una prueba
que me sancione. Quiero creer que has caído en la trampa de los
demás, puesto que veo en tú escrito la falta de elementos que
sostengan tus palabras y suposiciones. Es una lástima que hayas
actuado así, pero, por favor, cuando se habla de algo tan delicado
se muestran pruebas. No sé de dónde sacas los supuestos problemas
de parejas míos y de mí ex. ¿Podrías ofrecerme la fuente de donde
obtuviste esa información? La persona que describes no tiene que ver
con mi personalidad; de hecho, la madre de mí hijo en nuestros
mejores tiempos siempre me dijo que yo “no estaba enamorado de ella
porque no la celaba” y te bastará preguntarle a algunas de mis
anteriores parejas para que compruebes que jamás he sido tildado de
celoso. Por primera vez escucho que alguien me tilde de serlo.
Ojala puedas acceder
a las pruebas que yo sí presento de mi inocencia. Están avalada por
los propios peritos policiales y a pesar de no existir pruebas
sólidas en mi contra he sido sancionado, porque espero que no creas
lo de la culpabilidad por mi “letra inclinada” que me endilga la
Teniente Coronel Grafóloga. Como mi abogado demostró en el juicio y
en el Recurso de casación, avalado en la legislación nacional e
internacional, esa prueba no es concluyente para condenarme ni un
día.
De hecho, al
respecto no acepto ni una multa, pues no se me puede privar del
derecho de ser inocente hasta que se me demuestre lo contrario.
Muchos escritos múltiples, firmas, pero ninguna prueba en mí
contra. Eso por sí solo convierte a este proceso en un proceso
injusto y amañado. Sólo crean una cortina de humo con la campaña
en contra mía para ocultar el mal procedimiento y la injusticia.
Quiero creer que
eres honesto e inocente y que buscas las dos versiones. No te dejes
llevar por determinaciones personales confiando en tú instinto, que
es a lo que quiero apelar para entender que te hayas atrevido a
considerarme culpable.
Aun confío en ti y
sé que buscarás esas pruebas y luego me dirás quién tiene la
razón. Espero también que sólo después que hayas leído todo,
dirás tú verdadera aproximación a lo que realmente sucede con mi
caso. Pero no seas ingenuo, ¿cómo puedes negar que sea un juicio
amañado cuando me dejaron sin los testigos, cinco testigos que se
presentaron a mi favor, porque el tribunal aduce una leve
contradicción entre el testimonio de mi hijo con el testimonio de
ellos? Como ya se demostró, no existe tal contradicción, al
contrario, se ratifica la exposición de los testigos que, sin
embargo, fueron desestimados. Eso se llama tergiversar los hechos,
mentir. Luego, me sancionan ilegalmente con un inciso que suma más
tiempo que lo que corresponde al delito que supuestamente cometí.
No pido clemencia.
Nunca lo haría. Cuando me equivoco, quienes me conocen lo saben,
asumo mis errores. Pero siendo inocente, mucho menos pediré
clemencia. Solo pido justicia, un juicio claro y trasparente donde
puedan estar ustedes y valoren si es amañado o no.
Yoss, sin pruebas
simplemente no se puede sancionar a ningún mortal. No pueden
declararme culpable sin tener un elemento que lo afirme, un elemento
que no sea la palabra de mí ex (que como se comprobó en el juicio
cometió varias veces delito de perjurio) y su testigo de referencia
o de oído.
Aquí no se trata,
viéndolo objetivamente, de si soy culpable o no. Aquí se trata de
pruebas que lo afirmen o nieguen. Las vías son tan claras y
contundentes que no dejan dudas: dudo que hayas visto el video del
supuesto testigo que mí ex sobornó. ¿Leíste los testimonios de
personas que aseguran yo no estaba presente en el momento en que mí
ex asegura que yo la lastimaba? Quiero confíar, Yoss, en tú total
honestidad, que buscarás a los que te pueden proveer de los datos
legales que se presentaron en el juicio y llegues a la verdad. No se
deben condenar a nadie, como lo haces, a priori; hay que indagar,
intentar primero llegar a la verdad. Si necesitas una entrevista con
mi abogado, te la consigo, pero por favor no asegures nada que no
conozcas por tú propia mano. Desconfía de aquellos que manipulen y
dan versiones que le convenga al Gobierno.
Como bien aceptas y
te acercas un poco, aunque luego te contradices, la Seguridad del
Estado, por supuesto, está detrás de todo.
Espero por tu
constancia e indagación, pero necesito pruebas en mi contra, Yoss.
Ya estoy asqueado de solo palabras e insinuaciones. No quiero que
crean en mí, sino en las pruebas que se presentan, porque confío en
que, una vez conocida todas esas pruebas, todo aquel que lo haga me
absolverá.
Saludos
Ángel
Prisión. La Lima
Guanabacoa
¿Testigo, pero
de qué?
Como dijera la
máxima del escritor cubano Amir Valle en su artículo: “Una
puñalada por la espalda”: la verdad siempre alcanza a la mentira.
Ante todo quiero
aclarar que me sumo a cualquier convocatoria contra las diversas
violaciones conocidas, pero particularmente a esta no puedo sumarme,
porque subyace en ella una acusación contra mi persona, totalmente
injusta, que se basa en un juicio que no se sustenta, salvo las
declaraciones de la madre de mi hijo y el testimonio de Leticia Pérez
González, que participo en el juicio como testigo de oído o de
referencia y se limitó a repetir las palabras que su amiga le
contara. Ella tampoco puede corroborar si los hechos ocurrieron o no,
de manera que cualquier asumir como cierta su versión de los hechos
es una forma de desvirtuar y tergiversar la verdad y no puede ser
concluyente.
En mi única,
invariable y repetida declaración, he relatado que poco después de
las 8 pm. mi hijo llama a mi celular cuando yo me encontraba en una
sesión masónica. Me hace saber que unos policías habían estado en
mi casa indagando por mí. Llame a una ex policía y hermana de una
amiga y vecina, le pedí que averiguara si era alguna equivocación.
Al rato, me llama al celular para decirme que era una acusación de
la madre de mi hijo, y que alegaba que yo la había violado. De
inmediato, llamé a mi editora y amiga, que vive cerca de la unidad
policial, para que hablara con mi ex y le pidiera, en nombre de
nuestro hijo, que cesara aquella nueva acusación. No era la primera
vez que lo hacía y en el juicio anterior estimaron que mentía.
Además, le pedí a mi amiga editora que le informara que yo estaba
consiguiendo un apartamento para que no estuvieran alquilados, pues
ella no quería vivir en la casa mansión que fue de su tía abuela y
que ésta había vendido. Luego, la editora vuelve a llamarme
asegurándome que no pudo hacer nada al respecto, que mi ex se
mantuvo en la idea de hacer la denuncia. Fueron cinco llamadas hechas
desde mi celular, que luego la policía revisó sin encontrar ninguna
palabra que me comprometiera. También fueron a la Gran Logia y
revisaron el libro de asistentes donde estaba mi nombre con esa
fecha.
De más está decir
lo detallado que fueron con mi caso, intentando encontrar alguna
hendija siquiera para implicarme. No lo lograron.
Hasta este momento
habría que preguntarse por qué el médico que, según Leticia
Pérez, la recibió, no recuerda el caso ni haberla atendido, aunque
ella asegura que dicho médico les dijo que mi ex tenía que regresar
con un policía. Todo eso consta en el expediente investigativo.
Por si fuera poco,
Leticia Pérez cae en flagrantes contradicciones con su amiga y madre
de mi hijo, quien dice en su declaración, meses después, que el
Instructor se negó a llevarla a Medicina Legal. ¿Cuál de las dos
miente?
Según atestigua
Leticia Pérez, la madre de mi hijo no acepta asistir al médico
porque nuestro hijo dejaría de verme por espacio de 25 años; sin
embargo, desde ese momento prohibió que me viera por espacio de tres
años y medio, hasta que mi hijo pudo escapar y a escondidas me
buscó. En todo ese tiempo no pude ni siquiera acercarme a mi hijo
porque el Mayor de la policía Pablo, había conseguido una orden de
alejamiento. Al leer estos falsos testimonios recordé la historia de
Salomón y volvió a conmoverme la historia de aquella madre que
prefiere que la otra (la madre falsa) se quede con el niño para no
lastimarlo más.
Otra gran
contradicción, ¿cómo se sustentan sus palabras de que no deseaba
que fuera sancionado a 25 años de cárcel, y sin embargo, se mantuvo
más de un mes agregando nuevas denuncias a la denuncia inicial?
Entre todas las denuncias, que fueron desechadas luego en proceso,
sumaban 54 años de cárcel, que es más del doble de lo que Leticia
Pérez asegura que evitaba la madre de mi hijo; y aún faltaba
agregar la acusación de atentado, al ella presentarse con su
testigo, Alexis Quintana, en la unidad policial, lo que sumaba 20
años más, que haría una suma de 74 años de cárcel.
Sorprendente es que
se hable del testigo que presentaba la Fiscalía, Alexis Quintana,
pues una vez más Leticia contradice a los peritos que revisaron el
video, dándolo por espontáneo cuando revela ante la cámara que fue
presionado por la policía y sobornado por la madre de mi hijo y
exhibe los regalos que ésta le dio como soborno. Entonces, si
Leticia Pérez cuestiona el video, ¿está asegurando que es falso el
peritaje emitido por los especialistas? Me parece un desenfreno,
desfachatado y malintencionado, que ahora utilicen como prueba a
dicho testigo, después de que la Fiscalía se viera obligado a
desecharlo y tuviera que desmantelar su petición de condena en una
conjunta de 54 años, limitándose a solicitar 15 años de sanción
en mi contra, debido a la falta de pruebas sobre la mayoría de las
acusaciones de mi ex.
También, gracias al
escrito de Leticia se me aclaran algunas dudas al respecto: nunca
llegué a saber a ciencias ciertas si sólo fue un comentario o
existió realmente ese oficial que llama Noriega y que el testigo
falso aseguraba había ido antes a advertir que habría un incendio.
Eso nunca llegaron a utilizarlo, solo lo escuché por boca del
Investigador, pero ahora entiendo que era una manera de calzar al
testigo, aunque no sé por qué motivo desecharon esa estrategia. Si
fuera cierto, este oficial Noriega habría cometido varias
indisciplinas, pues además de no tener tino y de haber escuchado al
supuesto testigo, se le hubiera juzgado por no declarar y servir de
testigo. ¿O es que el oficial se negó a mentir o no vieron muy
juicioso venir a este oficial con el testigo Alexis Quintana, quien
tiene una extensa hoja de delitos, entre ellos, robo con fuerza y
estafa continuada?
La Fiscalía fue
quien presentó como testigo a Alexis Quintana. En el video grabado y
autentificado por los peritos, asegura que se le había advertido a
la madre de mi hijo que existía un corte de circuito justo en el
lugar que estaba cerca de una enredadera que servía de techo en el
patio y donde había hojas secas. El video está expuesto en Youtube,
y creo que es suficiente prueba de denuncia contra las terribles
irregularidades del proceso en mi contra.
Recuerdo que como
era un antiguo garaje en el sótano de un edificio, siempre tenía
petróleo o gasolina en el lavadero, para echar en las cañerías
donde además, me decía, se escuchaban sonidos de ratas. A mí en
varias ocasiones me pidió combustible para verter por allí. De ser
cierto el olor a gasolina, quizá esa sea la razón.
También quiero
asegurar que cuando abrí el blog en el 2008 aún mantenía alguna
relación como padre de nuestro hijo. Sólo después que comencé mi
relación estable con una conocida actriz cubana, ella comenzó a
criticarla y a hablarle mal a nuestro hijo sobre mi pareja. Digo esto
para hacer notar que mi posición política comenzó mucho antes de
sus denuncias, y hay una foto en su casa que ella misma realizó
cuando la Seguridad me fracturó el brazo a los pocos meses de haber
iniciado el blog.
Quiero aclarar
también que nadie ha querido “hacerla pasar por loca”. Como
muchos colegas y amigos saben, la madre de mi hijo, desde que
teníamos relación, se atendía con sicólogas, y de hecho una
pareja de Francisco López Sacha que también trabajaba en la UNEAC,
la llevó a una sicóloga amiga suya, mucho antes de separarnos. Fue
la propia madre de mi hijo quien me dijo que el 1ro de septiembre de
2009 la internarían en el Hospital de Día de Arroyo Naranjo, por
dos razones: no concebía las pérdidas de su abuela y de su
matrimonio. Un mes antes del ingreso comenzaron las denuncias.
También ella misma me contó que el médico le había propuesto
internarla a tiempo completo, pero como ella le dijo que tenía un
niño y vivía sola con él, él médico accedió a hospitalizarla
sólo de día. También decidieron esperar al 1ro de septiembre
porque julio era el mes de vacaciones del niño conmigo y agosto lo
pasaría con ella. En varias ocasiones le insistí al Investigador
que buscara ese historial clínico, pero no sé por qué razón nunca
lo hizo.
Mi abogado demuestra
que en la foto de la supuesta violencia solo existe una escoriación,
una especie de arañazos detrás del oído. El testigo Alexis
Quintana en el video se encarga de aclarar que fue una hierba que la
madre de mi hijo se frotó allí pues servía para irritar el rostro.
Y el documento médico, como lo demuestra la foto, sólo se refiere a
esa escoriación leve, y no como asegura Leticia Pérez, que era a
ambos lados del rostro. Tampoco el informe médico recoge ninguna
marca en sus muñecas y los tobillos, como asegura la testigo de
referencia.
Leticia Pérez
intenta exagerar los hechos sin que, una vez más, se sustente con el
certificado de reconocimiento, ni con la foto que consta en el
expediente. Una cosa son sus palabras y otras las pruebas del
expediente investigativo.
Confío en que los
cubanos honestos que se han sumado a esta Campaña Tod@s contra la
Violencia no imaginan la deshonestidad gubernamental que hay detrás
de esta campaña para denigrar mi imagen y tapar la sanción sin
pruebas con que me han condenado. Sé que muchos de los firmantes no
han tenido acceso a los elementos de juicio necesarios, ni poseen la
manera de ver el video que lo aclara por sí solo y que denuncia la
macabra estrategia en mi contra.
También Leticia
Pérez, en sus declaraciones en el expediente Investigativo se
contradice: en una declaración acepta que me llamó unos días antes
de que ocurriera la denuncia para pedirme ayuda para la madre de mi
hijo, quien no tenía dinero para pagar el alquiler, y necesitaba 50
CUC. Luego en otra declaración, a solo unos días de diferencia,
asegura que yo le sustraje a la madre de mi hijo de su vivienda una
cantidad de dinero, un poco más de 100 CUC, cuando unos días antes
le había comprado un televisor a nuestro hijo de 340.00 CUC y en
120.00 CUC un evaporador de humedad que había en su cuarto. ¿Qué
necesidad tenía yo de sustraerle ese dinero, si cuanto me pedía lo
entregaba con gusto y amor porque sabía que era para bien de mi
hijo? Si la madre de mi hijo tenía dinero, ¿por qué Leticia Pérez,
como acepta en su declaración, me pidió 50 CUC?
También es
necesario aclarar que quien asegura que entre el Mayor Pablo y Kenia,
la madre de mi hijo, existía una relación amorosa es el propio
Alexis Quintana, quien asegura en el video que él se quedaba con su
apartamento. Si él hubiese mantenido las acusaciones que se me
hacían, hoy mi condena no fuera de 5, sino de 54 años.
Como demostró mi
abogado, con mi constitución física y mi estatura, es imposible que
ella tenga una escoriación leve en un solo lado, si los golpes que
ella relató fueron con ambas manos y con el puño cerrado por ambos
lados de su rostro.
No puedo negar la
vergüenza que siento al redactar esta defensa. Son tantas miserias
humanas que siento repulsión hacia todo lo que concierne a este plan
en mi contra. Duele tanto ver el nombre de uno vilipendiado. Duele
tanto tener que demostrar a cada paso que soy inocente. He logrado
más que mis Investigadores, pues mis amigos lograron deshacer al
falso testigo. Nunca será suficiente mi agradecimiento a Dios por
brindarnos la luz de filmar esa persona.
Con respeto al video
que describe Leticia Pérez no coincide ni se acerca a la realidad.
Alexis Quintana, además de no estar amenazado, de haber hecho los
videos días diferentes, tampoco se filmó leyendo un papel como ella
asegura intentando desvirtuar la realidad, pues fui informado por el
Investigador de que ella vio el video, ¿entonces por qué lo
desacredita describiendo escenas de lectura que no vio?
Al final, Leticia
Pérez se hace las mismas preguntas que yo: ¿por qué dilataron el
proceso?, ¿por qué no se recolectaron más evidencias, más pruebas
reales si se pasaron tres años y medio intentándolo?
Sé lo delicado del
asunto. Todos los que escuchamos una injusticia sentimos el despertar
de nuestro instinto solidario. Por eso, en este caso en particular,
han querido hacerlo de la manera menos transparente.
Hay una única
verdad: Soy inocente y sin pruebas he sido condenado. Mis testigos
fueron descalificados por el tribunal en el juicio, y luego fui
condenado por un artículo equivocado. Solo pido un juicio gusto; en
eso me consideraré absuelto. Solo falta que la justicia en este país
acceda a mi petición.
Un culpable hubiese
aprovechado las oportunidades de escapar que se me brindaron. He
dicho, y repito, que quise quedarme a sabiendas de lo que sucedería,
pero me basta con saber que soy inocente para enfrentar las
injusticias.
Me siento más libre
en esta cárcel que en Miami. Desde aquí me burlo de los que piensan
que se vengan conmigo. Soy más libre que ellos y esperaré a la
justicia el tiempo que sea, hasta después de cumplir esta injusta
condena. Un día saldrá a la luz la verdad y muchos bajarán la
cabeza porque se prestaron conscientes o inconscientes para este
crimen que se comete conmigo.
Ángel Santiesteban
Prisión La Lima.
Guanabacoa
Para desfacer un
entuerto
Por Luis Felipe
Rojas
Hace un par de
semanas mi amigo, el poeta Rafael Alcides, publicó un Acuse de recibo… a
modo de ventilar el caso de Ángel Santiesteban Prats. Yo le respondí
inmediatamente: “Te equivocas, Maestro…”.
Alcides me envió este texto que quiero compartir con ustedes a
propósito de la oportunista respuesta de las ocho escritoras
cubanas, afiliadas a la UNEAC, con motivo del Día Internacional de
la Mujer.
Querido Luis Felipe:
Alcides me dio este encargo, pero no hay visible una dirección de
correo para hacerte llegar la carta, por eso te la dejo aquí. En mi
blog, hoy publiqué sobre Angel.
Un abrazo,
Regina Coyula
La
Habana, 2 de marzo del año 2013
De
Rafael Alcides
A
Luis Felipe Rojas:
Amigo Luis Felipe:
En cuanto al
tratamiento de maestro que me das al replicar mis opiniones sobre el
recién masacrado Ángel Santiesteban, te responderé como lo haría
Nicolás Guillén con su acostumbra picardía de gente de pueblo:
“Más maestro serás tú”. Y en cuanto a la réplica en sí, me
has dejado confuso. O yo no me supe expresar o tú me leíste con
premura. Veamos.
Digo al entrar en
materia que no es un caso político, añado socarrón un “he oído”
que no podría dejar de tenerse en cuenta, y paso a demostrar que sí
es un caso político, pero a demostrarlo sin editorialismos, conforme
al método de los poetas de todos los tiempos: dejarlo dicho sin
decirlo de manera expresa para que dure, para que no se lo lleve el
viento sin que sea leído otra vez por lo menos, eso que Hemingway
definía con la seriedad de quien estuviera reclamando derechos de
descubridor, “Teoría del iceberg”.
Sin faltar a la
verdad, hablo de desacuerdos en la vida en pareja magnificados al
extremo de sancionar a nuestro amigo y excelente escritor Ángel
Santiesteban con cinco años de cárcel, en su origen situaciones
propias de esa interminable lista de cosas y casos de casa que nutrió
el bufo de nuestros abuelos, y luego me detengo a considerar lo que
ahora el gobierno podría hacer para sacar el pie. Desfusilar al
fusilado por error o por razones de estado suelen hacerlo los
gobiernos posteriores, los que vienen detrás del gobierno caído,
nunca los gobiernos que cometieron el fusilamiento. Consciente de
esta importante lección de historia, menciono soluciones posibles
para el gobierno, salidas con las que él y nosotros ganaríamos.
Nosotros, recuperando a nuestro a Ángel y el gobierno, qué se le va
a hacer, reservándose por ahora el romántico papel del caballero
lanza en ristre que salió a defender el honor de la dama.
Tienes que jugar tus
cartas con la mano que te dieron, Luis Felipe. Por desgracia, el caso
de Ángel es mucho más delicado que el de los 75 a principios de
siglo. Entonces todo estaba muy claro, entonces el acusador era el
gobierno, esta vez, por desgracia –insisto, por desgracia–, el
acusador es la ex mujer de Ángel, la madre de su hijo –un hijo que
ahora tiene quince años–, y esa mujer, esa madre mintió, sí, esa
mujer, manipulada desde el comienzo o no, buscó testigos falsos,
simuló huellas de una golpiza cubriéndose la cara con hojas de guao
quizá, habló de amenazas de muerte, incendios, en fin, amigo Luis
Felipe, esa mujer tan enamorada que preferiría ver a su ex marido
ardiendo en la hoguera antes que verlo con otra, les puso la mesa a
estas gentes, y ellos, desde luego, ávidos, golosos, como de
costumbre en estos casos caídos del cielo cuando menos se lo
esperaban, raudos se sentaron a comer.
Estos son los
hechos. Ni Dios podría ya cambiarlos. Mover cielo y tierra para
sacar a Ángel es cuanto podemos por el momento hacer, ir a hablar
con Dios si es preciso (y creo que lo es), sin dejar de insistir,
desde luego, cada cual con su lenguaje, en que nuestro amigo es
inocente, que se le ha fabricado un caso, pero sabiendo que mientras
su ex mujer no se desdiga, ellos, los carceleros, serán los buenos y
Ángel el malo. Ésa es la situación.
Por último, Luis
Felipe, no suelo discutir con el lector, respeto su turno, pero tú
no eres un lector, salir en defensa a Ángel con la pasión con que
lo has hecho al replicarme, te convierte en parte de mí mismo puesto
que yo también soy Ángel, en este momento todos los que estamos por
sacar a Ángel de la cárcel somos Ángel, por eso me estoy
explicando contigo sin dejar de admitir que sí, que tal vez, que
acaso no me di a entender. Por su carácter excepcional y único,
este es un envío privado en primera instancia, pero sólo en primera
instancia, digamos un homenaje a tu persona, por lo que quedas
autorizado a publicarlo en tu blog o donde te parezca de creerlo
conveniente, es decir útil para Ángel.
Soy de los que
piensan que los hombres honestos no tienen un discurso para andar y
otro para salir, como pasa con los zapatos. Tienen uno, en mi caso,
este de ahora sigue siendo el discurso que replicabas antier cuando
yo sólo dejaba ver la punta entre las crestas heladas en la
inmensidad del mar.
Te abraza, y te
vuelve a dar las gracias por querer a Ángel como lo quieres,
Rafael Alcides.