El escritor y periodista Amir Valle, en una entrevista aún inédita, me hace la siguiente pregunta:
¿Y la poderosa cultura cubana que hace ya cinco décadas se hace en el exilio, en muchas partes del mundo? ¿Cómo crees que puede contribuir, desde afuera, a la necesidad de un cambio social en la isla?
Sin intentar ser un analista, estratega político, ni filósofo, ni demiurgo, sólo un artista más que humildemente ofrece su punto de vista, soy del criterio que los intelectuales del exilio deben permanecer lo más apegado a la cultura cubana, defenderla primero como arte, luego con la posición política que les nazca. Eso no se puede olvidar nunca, primero la cultura, luego todo lo demás. Estoy seguro que ese peso artístico es lo que crea la conciencia y el respeto a un dialogo nacional en el que se produzca un cambio político para el renacimiento de la democracia y la voluntad de los cubanos, aunque algunos reclamos, como suele suceder, se encuentren en minoría. Esa frase que me gusta tanto y que seguramente no cito textualmente porque ya de repetirla la tengo tan adentro que la hice mía: Morir por el derecho ajeno a que se le respete pensar contrario a mí. Por lo tanto, continuar aprovechando la libertad y sus medios de comunicación de avanzada tecnología, que no pueden ser perseguidos, ni sufrir represalias directas como el decomiso de sus computadoras.
En alguna medida crear el espacio de denuncia nacional, ser la voz de los que están dentro de la Isla. Matizar desavenencias estéticas, actitudes de conveniencia personal, en aras de un progreso de unidad. Que la diáspora esté fortalecida nos brinda seguridad a los que permanecemos dentro, los que exigimos directamente los derechos de todos por convivir en una futura Patria libre y democrática, que abra sus brazos para el anhelado rencuentro de sus hijos dispersos por el mundo.
Lo que sí no me cabe duda es que la intelectualidad cubana, dentro y fuera, está llamada a contribuir profundamente en la futura transición política del país.
En alguna medida crear el espacio de denuncia nacional, ser la voz de los que están dentro de la Isla. Matizar desavenencias estéticas, actitudes de conveniencia personal, en aras de un progreso de unidad. Que la diáspora esté fortalecida nos brinda seguridad a los que permanecemos dentro, los que exigimos directamente los derechos de todos por convivir en una futura Patria libre y democrática, que abra sus brazos para el anhelado rencuentro de sus hijos dispersos por el mundo.
Lo que sí no me cabe duda es que la intelectualidad cubana, dentro y fuera, está llamada a contribuir profundamente en la futura transición política del país.
Ángel Santiesteban-Prats
Pienso que ustedes, los blogueros de la isla, son el centro de la oposición y de la denuncia del castrismo pero que los blogueros, artistas, cubanos de afuera son las voces.
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